- El Papa desveló en una entrevista a Il Corriere della Sera que el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, le contó el pasado 21 de abril durante su reunión en el Vaticano que “los rusos tienen un plan, que todo acabará el 9 de mayo”. “Espero que sea así, para que se pueda entender también la velocidad de la escalada de estos días. Porque ahora no es solo el Donbás, es Crimea, es Odesa, le quita el puerto del mar Negro a Ucrania, es todo. Soy pesimista, pero debemos hacer todos los gestos posibles para detener la guerra”, enfatiza.
Francisco explica también que ha mostrado al Gobierno del Kremlin su disponibilidad para viajar a Moscú y reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin, aunque de momento no ha obtenido respuesta. En todo caso, asegura que la Santa Sede sigue “insistiendo” para organizar un viaje a Rusia, aunque teme que “Putin no pueda ni quiera asistir a esta reunión en este momento”. “¿Cómo no detener semejante brutalidad? Hace 25 años vivimos lo mismo en Ruanda”, manifiesta.
El Papa recuerda que el primer día de la invasión a Ucrania llamó por teléfono al presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, y decidió visitar en paralelo la embajada de Rusia. “Quería hacer un gesto claro que todo el mundo pudiera ver y por eso me dirigí al embajador ruso. Les pedí que me explicaran (la situación), y les dije por favor, basta”, rememora. No obstante, señala que la última vez que habló con Putin fue en diciembre, cuando cumplió 85 años.
Asimismo, niega que en este momento esté valorando viajar a Kiev y recordó que ha enviado dos cardenales de la Curia, al checo Michael Czerny, (prefecto del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral) y al polaco Konrad Krajewski, (el limosnero del Papa). “Siento que no debo ir. Tengo que ir a Moscú primero, tengo que reunirme con Putin primero. Pero yo también soy sacerdote, ¿qué puedo hacer? Hago lo que puedo. Si Putin abriera la puerta...”, detalla.
Preguntado sobre la posición del Patriarca Kirill de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el Papa aseguró que no convencerá a Putin para organizar una reunión entre ambos. “He hablado con Kirill durante 40 minutos a través del zoom. Los primeros veinte minutos me leyó todas las justificaciones de la guerra. Escuché y dije: no entiendo nada de esto. Hermano, no somos clérigos del Estado, no podemos usar el lenguaje de la política, sino el de Jesús. Somos pastores del mismo pueblo santo de Dios. Por eso, debemos buscar caminos de paz, detener el fuego de las armas”, afirma.
Del mismo modo, opina que el Patriarca no “puede convertirse en el monaguillo de Putin”. El Papa reveló también que tenía una reunión prevista con él en Jerusalén el 14 de junio que habría sido su “segundo encuentro cara a cara” y “nada que ver con la guerra”, pero aseguró que de producirse esta reunión, “podría ser una señal ambigua”.
El Papa reflexiona en la entrevista sobre las posibles raíces del conflicto y sobre las motivaciones que empujan a Putin y señala que tal vez “los ladridos de la OTAN a las puertas de Rusia” llevaron al presidente ruso a reaccionar mal y a desencadenar el conflicto. “Un enfado que no puedo decir si fue provocado, pero quizás fue facilitado”, dijo.
Tras lamentar que en el mundo ya se vive una Tercera Guerra Mundial “a trozos”, precisa que en Ucrania fueron otros los que crearon el conflicto. “Lo único que se achaca a los ucranianos es que reaccionaron en el Donbás, pero estamos hablando de hace diez años. Ese argumento es viejo”, añade. En relación a las críticas que emergieron en Ucrania ante su decisión de que en el Vía Crucis del Coliseo dos mujeres, una rusa y otra ucraniana, leyeran juntas la oración y ha asegurado que “por supuesto, son un pueblo orgulloso”, Francisco explica que tomó la decisión de suspender la lectura prevista tras considerarlo con el cardenal Krajewski que estaba en Ucrania en ese momento.
“Abierta al diálogo”. El presidente ruso, Vladímir Putin, manifestó ayer a su homólogo francés, Emmanuel Macron, que Rusia sigue abierta al diálogo con Ucrania y pidió que se ponga fin al suministro de armas a Kiev, en una conversación telefónica. Putin expuso a Macron su visión sobre las negociaciones con los representantes ucranianos “haciendo hincapié en que pese a la inconsecuencia y falta de disposición de Kiev a trabajar seriamente, la parte rusa, como antes, está abierta al diálogo”.