Las exportaciones de carbón, gas y petróleo han reportado a Rusia ingresos de 63.000 millones de euros en los dos meses transcurridos desde la invasión de Ucrania a finales de febrero, según las estimaciones del Centro de Investigación de Energía y Aire Limpio (CREA), que atribuye un 70% de estas compras a los países de la Unión Europea (UE), con una factura de alrededor de 44.000 millones.
"Las sanciones se han visto socavadas por las continuas importaciones de combustibles fósiles de Rusia, en particular a la UE. El deseo de Europa de mantener la puerta abierta a los envíos de combustibles fósiles y los pagos por ellos ha impedido sanciones más amplias sobre los bancos, las instituciones financieras y el comercio rusos", afirman los autores del informe, para los que el ingreso de cientos de millones de euros a diario ha respaldado el tipo de cambio del rublo y debilitado el efecto de las sanciones.
En su análisis, el 'think tank' señala que los Veintisiete asumieron desde finales de febrero un 30% de las compras de carbón ruso y alrededor del 50% del petróleo, mientras que recibieron aproximadamente el 80% de las exportaciones de gas natural licuado (GNL) de Rusia.
Los principales clientes de los combustibles procedentes de Rusia serían Alemania, con una factura de 9.100 millones de euros, por delante de Italia, con 6.900 millones; China, con 6.700 millones; Países Bajos, con 5.600 millones; Turquía, con 4.100 millones; y Francia, con 3.800 millones. En el caso del Estado español, las importaciones de combustibles fósiles desde Rusia en el periodo analizado no llegarían a 2.500 millones.
"La UE y muchos Estados miembros han respondido a la crisis anunciando nuevos objetivos, políticas y medidas de energía limpia y eficiencia energética. Estos pasos proporcionarán un reemplazo para los combustibles fósiles rusos en los próximos años, pero esencialmente no tienen ningún efecto en los ingresos por exportaciones de combustibles fósiles de Rusia a corto plazo", lamenta el 'think tank'.
CREA destaca el fuerte efecto que en la balanza de ingresos han tenido las subidas de precios de los combustibles fósiles, ya que durante los dos meses desde el comienzo de la invasión de Ucrania las entregas de petróleo ruso a la UE cayeron un 20% y las de carbón un 40%, mientras que las de GNL aumentaron un 20% y las compras de gas de la UE a través de gasoductos aumentaron un 10%.
Sin embargo, los alrededor de 44.000 millones pagados por los países de la UE a cambios de sus importaciones de combustibles fósiles desde el comienzo de la invasión de Ucrania contrastan con los ingresos de alrededor de 140.000 millones de euros contabilizados por Rusia a cuenta de sus exportaciones de gas, petróleo y carbón a la UE durante todo el año pasado, con una media de algo más de 11.600 millones de euros al mes, según cifras publicadas por 'The Guardian'.
De su lado, las exportaciones rusas de petróleo a destinos fuera de la UE aumentaron un 20%, aunque con cambios importantes en los destinos, mientras que las entregas de carbón y GNL fuera de la UE aumentaron un 30% y un 80%, respectivamente.
"Rusia está luchando por desviar cargamentos que no son aceptados por compradores europeos", señalan los autores del estudio en referencia al fuerte aumento en los barcos que salen de los puertos rusos "sin un destino definido".
Asimismo, apuntan que en el corto plazo, "Rusia no tiene sustituto para Europa como fuente de demanda", ya que la mayoría de las exportaciones de combustibles fósiles del país se transportan a Europa a través de oleoductos, así como a puertos en el Mar Báltico y el Mar Negro sin que existan conexiones alternativas de gasoductos para desviar las exportaciones de GNL por gasoducto a otros lugares.
En este sentido, estiman que una cuarta parte de los envíos de combustibles fósiles de Rusia se recibieron en apenas seis puertos de la UE: Rotterdam (Países Bajos), Maasvlakte (Países Bajos), Trieste (Italia), Gdansk (Polonia) y Zeebrugge (Bélgica).
De su lado, aunque se aprecia un claro repunte en los envíos de petróleo a India, Egipto y otros destinos "inusuales" para las exportaciones rusas, los envíos a estos nuevos destinos "no están ni cerca de compensar la caída de las exportaciones a Europa".