Desde que se puso en marcha el programa vasco antibullying (Bizikasi) en 2017 casi se han triplicado las denuncias y el número de casos reales de acoso escolar. El último curso ha habido 218 casos, un 39% más que un año antes. Estas cifras podrían dar la falsa sensación de que el clima en las aulas vascas ha empeorado. En cambio, lo que exponen es que el aumento de la sensibilización familiar y la mejora de los protocolos de detección funcionan como radares privilegiados frente a este problema, aunque lo ideal sería que no hubiese un solo caso de acoso.

Además, en paralelo al aumento de casos y denuncias propiciado por Bizikasi, la Inspección educativa ha afinado su capacidad limpiar el polvo de la paja, al punto de que hoy en día Inspección descarta por falsas nueve de cada diez de las cientos de denuncias que gestiona cuando hace una década eran la mitad. Es decir, que gran parte de las denuncias que llegaban a cuentagotas hasta Inspección tenían una base de acoso sostenido en el tiempo.

Estas son las principales conclusiones del informe sobre el bullying en el curso 2022-2023 que el Departamento de Educación en funciones presentó con motivo del Día Internacional contra el acoso escolar. En comparación con los datos del curso anterior, se observa un importante incremento en el número de casos analizados (pasan de 1.098 a 1.543), lo que permitió identificar un mayor número de casos identificados como acoso (de 157 a 218). No obstante, en términos porcentuales, se constata que el número de casos identificados como acoso se mantiene estable (14%).

SEGUIMIENTO DE TODAS LAS DENUNCIAS

Pero según Inspección, tras una denuncia falsa no hay voluntad de mentir al colegio y no se tira a la papelera. Suponiendo que se determine que el protocolo abierto no es un caso de acoso, lo que está claro es que ahí había habido un sufrimiento que había motivado esa denuncia. Por este motivo, Inspección hace un seguimiento y se ponen medidas especiales de vigilancia y sesiones de tutoría dedicadas a tratar los casos que no se han confirmado como acoso. Fundada o no, existe la convicción de que los casos de bullying se corrigen con medidas disciplinarias contra el agresor, como la expulsión del centro, castigos o incluso llevarlo ante la Fiscalía de menores. Pero la realidad es que una parte importante de los casos de acoso escolar que se producen en Euskadi se resuelven mediante la conciliación de las partes. Casi el 40% de los 86 casos de bullying registrados el primer año de Bizikasi se zanjaron con el agresor pidiendo perdón a su víctima y ésta aceptando las disculpas.

GANARSE A LOS TESTIGOS MUDOS

 Sentarse con los testigos silenciosos del acoso escolar y prestarles mucha más atención es la línea de trabajo que está ganando hoy terreno para prevenir este maltrato, en lugar de una visión “más tradicional de tipo clínico o individual centrada en el agresor y la víctima”. Así lo explica, el psicólogo y profesor universitario David Álvarez, que lleva 25 años investigando sobre este tema. Según el profesor Álvarez, los esfuerzos se han centrado tradicionalmente en trabajar con la víctima/agresor, “pero para que esto funcione hay que hacer ver al alumnado de que ayudar a una víctima no es ser un chivato ni nada negativo sino un signo de valentía”.

Insiste en que no hay que sentarse solo con las víctimas o los agresores sino trabajar con los testigos, y considera que en ocasiones se pone una mirada “demasiado punitiva, castigadora, sancionadora con el agresor y no educativa”. “El alumno es un menor, una persona en formación y merece ser educada. La única solución no debe ser el cambio de centro porque es echar el problema a otro centro. No es solucionarlo sino lanzarlo”. Aunque “siempre hay que colocarse del lado de la víctima y hay que protegerle, tampoco debemos olvidarnos del agresor que se ha podido equivocar y debe tener el derecho a que su conducta sea corregida. Merece una atención educativa, no clínica de mandarle al psicólogo”.

CIBERBULLYING GANA TERRENO

El ciberbullying se va abriendo camino frente al acoso cara a cara. En concreto, el 27% de los casos se ha producido, predominantemente, a través de redes sociales, internet o cualquier otro medio cibernético. La tipología de acoso que más se produce es la de la agresión verbal, que está presente en el 85,7% de los casos confirmados. Le siguen la exclusión y marginación social (53,6%), la agresión física directa (34,8%), la agresión física indirecta (33,9%) o la casuística de intimidación, chantaje o amenazas, con presencia en un 33,03% de los casos.

El Departamento de Educación subrayó ayer que en poco más de una década los protocolos de actuación han permitido incrementar de forma significativa el número de casos potenciales de caso analizados por la Inspección. De esa forma, de los 75 casos que se estudiaron en el curso 2008-2009, se ha pasado a los 1.543 del curso 2022-2023. El Gobierno vasco también destacó la “cada vez mayor implicación” de toda la comunidad educativa en la lucha contra el acoso escolar. Según explicó, esa mayor sensibilización, formación y seguimiento se traduce en que “ante la menor duda, se analice cada posible caso y se abra el protocolo de actuación ante situaciones de acoso escolar”, que es de obligado cumplimiento para todos los centros escolares sostenidos con fondos públicos.