- Pasó de estar muchos días desaparecido a darse un auténtico baño de masas. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, participó ayer en un multitudinario acto patriótico en el estadio olímpico Luzhnikí de Moscú, que acogió más de 200.000 personas, según las autoridades locales, donde destacó la unidad del pueblo ruso ante la “operación militar especial” en Ucrania, condenada unánimemente por la comunidad internacional y que ha provocado más de 3 millones de refugiados.
En su intervención, Putin alabó el heroísmo de los soldados rusos durante la campaña militar dirigida a evitar un “genocidio” en el país vecino. “Precisamente, salvar a la gente de ese sufrimiento, de ese genocidio, es el principal y más importante motivo (...) de la operación militar que nosotros iniciamos en el Donbás y en Ucrania”, proclamó desde el escenario.
Putin, que citó la Biblia para justificar la intervención militar en Ucrania, consideró que la mejor expresión de la unidad del pueblo ruso es cómo combaten “hombro con hombro” los soldados rusos en el país vecino. “Vemos qué heroicamente actúan y combaten nuestros chicos durante esta operación. Hacía mucho tiempo que no gozamos de tal unidad”, aseguró, al tiempo que llamó a los presentes a felicitar a los crimeos por el octavo aniversario de la anexión de la península ucraniana a través de un referéndum separatista celebrado con presencia militar rusa.
¡Por un mundo sin nazismo!, ¡Por el presidente! y ¡Por Rusia!, señalaban los eslóganes que se podían leer en el escenario del evento en el Luzhnikí, que incluyó un concierto musical. Decenas de miles de personas que no pudieron acceder al estadio siguieron los conciertos en las inmediaciones del Luzhnikí, con capacidad para 80.000 espectadores.
“Gracias a los chicos que con armas en las manos defienden a los ciudadanos rusos en el Donbás”, dijo Serguéi Sobianin, alcalde de Moscú. “Medio mundo se ha unido contra nosotros, pero Rusia es un país fuerte. Fuerte por sus ciudadanos, por sus patriotas. Y mientras estemos juntos, seremos invencibles”, aseguró.
Algunos de los presentadores, cantantes y asistentes llevaban el lazo de San Jorge en forma de Z, que se ha convertido en símbolo de la intervención militar en Ucrania.
La popularidad de Putin ascendió al 79,6 % durante la “operación militar especial”, según los resultados de un sondeo publicado ayer por un centro demoscópico cercano al Kremlin. También ha ascendido la aprobación de la gestión del jefe del Kremlin, desde el 70,2% al 77,2%, entre el inicio de la campaña militar y mediados de marzo.
Mientras, la guerra continúa y las fuerzas rusas bombardearon ayer las inmediaciones de la ciudad occidental ucraniana de Leópolis lanzando seis misiles de crucero desde un submarino ubicado en el Mar Negro, según un informe militar de la agencia local Interfax-Ukraine. Según la nota, “seis misiles de crucero, posiblemente X-555, fueron disparados desde un submarino en el Mar Negro”. Dos de esos misiles de fabricación rusa, con un alcance máximo de 3.000 kilómetros, fueron destruidos en el aire por las fuerzas antiaéreas del comando occidental ucraniano, dice el informe, que precisa que los proyectiles rusos impactaron cerca del aeropuerto de Leópolis.
La ciudad, hasta ahora relativamente tranquila, representaba el último gran bastión para Volodimir Zelenski. De hecho, era la urbe que el Gobierno ucraniano mantenía como capital alternativa si en algún momento caía Kiev. Además, el ataque se puede entender como una seria advertencia a la Unión Europea y en especial a Polonia -que se ha significado en sus críticas a la invasión y a Putin-, puesto que Leópolis se ubica a solo 70 kilómetros de la frontera polaca.
En este contexto, Moscú y Kiev han acercado “al máximo posible” su postura sobre el estatus neutral de Ucrania con respecto a la OTAN, mientras que están a “mitad de camino” en las conversaciones sobre la desmilitarización de ese país, aseguró ayer el jefe negociador de la delegación rusa, Vladímir Medinski. “El asunto de un estatus neutral y la no adhesión de Ucrania a la OTAN es uno de los puntos claves de las negociaciones, y es sobre el que las partes han acercado sus posturas al máximo posible”, indicó a los medios rusos, según recoge la agencia oficial TASS. Medinski añadió no obstante que existen “matices” relacionados con las garantías de seguridad que exige Ucrania.
Por su parte, el ministro ucraniano de Exteriores, Dmitro Kuleba, dijo el jueves, en su reunión con su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, que quiere que Turquía sea uno de los países que actúen de garantes de un futuro pacto, junto a Alemania y los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (EEUU, Francia, Reino Unido, China y Rusia).
En otros aspectos de las negociaciones entre Rusia y Ucrania para alcanzar un alto el fuego, especialmente la exigencia de Moscú de que el país vecino se “desnazifique” y “desmilitarice” se requiere aún trabajo, sugirió Medinski. Moscú y Kiev están “en algún punto a mitad de camino” en el tema de la desmilitarización de Ucrania, sostuvo el jefe de la delegación rusa.
Civiles muertos
Naciones Unidas elevó ayer a 816 la cifra provisional de civiles muertos en Ucrania desde que Rusia lanzó su invasión el 24 de febrero, en un balance que incluye a 61 niños y que, como reconoce la propia organización, está “considerablemente” por debajo de los previsibles datos reales. Por lo que se refiere al cómputo de la guerra, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos tiene confirmados 2.149 muertos y heridos.
Periodista
El medio ucraniano Hromadske denunció ayer que una de sus periodistas, Victoria Rorschina, se encuentra detenida por Rusia y en paradero desconocido desde hace dos días. El medio, que opera como una ONG con financiación internacional, explicó que Roshchina fue detenida por los servicios de seguridad rusos “probablemente el 15 de marzo” a su regreso de una cobertura de los efectos de la invasión rusa en Ucrania en la ciudad de Energodar, en el frente este del conflicto.
Oligarcas
Italia confiscó ayer una villa de lujo en la ciudad sarda de Olbia (oeste) al magnate ruso Alexey Alexandrovits Mordaschov. La villa de uso residencial tiene un valor de alrededor de 105 millones de euros. Mordaschov fue considerado en 2021 por la revista Forbes el oligarca más rico de Rusia con un patrimonio de 29.100 millones de euros.