Tras varios días en los que sólo podía apreciarse mediante imágenes aéreas, algunos medios de comunicación de Ucrania han podido por fin acercarse al hangar en el que se encontraba el Antonov 225, el avión más grande del mundo destruido por Rusia durante un bombardeo, para captar las primeras imágenes de cerca de la mítica aeronave.
Conocido como Mriya (Sueño), el avión que hace doce años encandiló a los aficionados a la aviación de Vitoria cuando visitó el aeropuerto de Foronda es ahora un amasijo de hierros, como puede apreciarse en las imágenes.
El consorcio estatal Ukroboronprom confirmó en su momento que el An-225 Mriya fue destruido durante un bombardeo ruso en el aeropuerto de Hostomel, en las inmediaciones de Kiev. Aunque sostienen que "según estimaciones preliminares, (la restauración de la aeronave) costará unos 3.000 millones de dólares y tardará más de cinco años", las imágenes captadas ahora muestran el deplortable estado en el que se encuentra el Antonov 225.
"Rusia puede haber destruido nuestro Mriya, pero nunca podrán destruir nuestro sueño de un Estado europeo fuerte, libre y democrático", escribió en Twitter el ministro ucraniano de Exteriores, Dmitro Kuleba.
Ukroboronprom, la empresa estatal del arsenal industrial-militar del país, precisó que aplicará todos los esfuerzos para que los gastos de restauración corran a cargo del "país agresor".
El avión, que ha quedado calcinado tras un ataque contra el aeropuerto de Hostomel, llegó a Ucrania procedente de Dinamarca el pasado 5 de febrero y desde entonces no había abandonado el aeródromo, escenario de fuertes enfrentamientos entre fuerzas rusas y ucranianas durante los últimos días.
La aeronave ahora destruida, que realizó su primer vuelo en 1988, contaba con seis motores capaces de alcanzar los 850 kilómetros por hora, ascender hasta 12.000 metros y volar sin escala distancias de hasta 15.400 kilómetros.
El segundo Antonov
De cara al futuro, sin embargo, Turquía y Ucrania parecen tener intención de recuperar un segundo Antonov 225 que en su momento quedó a medio construir, y que todavía se conserva en un hangar, aunque su coste económico sería muy elevado.
Esta posibilidad ya se planteó inicialmente en 2020, cuando el presidente turco Erdogan estuvo con Zelenski durante una visita a Ucrania y que ahora, tras la destrucción de Mriya por parte de los rusos, puede acabar siendo realidad.
Este segundo Antonov finalmente quedó sin terminar por culpa de la Guerra Fría, la desintegración de la Unión Soviética y la escasa necesidad de contar con otra aeronave de estas características, ante la enorme capacidad del ya construido.
El proyecto de este Antonov AN-225 fue abandonado cuando se encontraba al 70% de su ejecución y culminarlo podría suponer ahora en torno a los 500 millones de dólares.