El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, ha anunciado este sábado que se reunirá el próximo jueves, 24 de febrero, con su homólogo ruso, el ministro de Asuntos Exteriores Sergei Lavrov.
"Tenemos una reunión prevista para el 24, la semana próxima, en Europa, pero como ya le he dicho en la nota de respuesta al ministro de Exteriores Lavrov, eso pasará siempre y cuando Rusia no invada Ucrania mientras tanto", ha afirmado Blinken en una entrevista con la televisión rusa Dozhd TV, considerada un agente extranjero por Moscú.
En cuanto a las posibilidades de un acuerdo entre Estados Unidos y Rusia, Blinken ha asegurado que "podríamos trabajar juntos para mejorar la seguridad de todos".
"Existen medidas para generar confianza. Hay formas de reducir los riesgos. Se puede acordar un mayor control de armas. Está el tema de la ubicación de armamento y fuerzas que, siempre de forma recíproca, puede mejorar la seguridad de todos", ha argumentado.
Sin embargo, la presencia de militares rusos en la frontera con Ucrania dificulta el diálogo. "Estamos plenamente preparados para colaborar en todo ello, pero hacerlo con una pistola apuntando a la cabeza de Ucrania: 150.000 militares rusos al norte, al este, al sur,... Es muy difícil conseguir avances en esa situación", ha remachado.
Así, Blinken ha respondido al planteamiento ruso sobre la amenaza ucraniana. "La noción de que existe una amenaza para Rusia procedente de Ucrania desafía cualquier lógica dado el tamaño de ambos países", ha indicado.
"Que Ucrania quiera recuperar el Donbás, lo cual podrían haber intentado en cualquier momento de los últimos ocho años, cuando hay 150.000 militares rusos rodeando Ucrania desafía cualquier lógica", ha añadido.
Para Blinken "lo que estamos viendo (...) es que hay una fabricación de provocaciones que se utilizarían para justificar una intervención militar rusa en el Donbás y en Ucrania en general".
Además, el jefe de la Diplomacia estadounidense ha advertido que "si (el presidente ruso, Vladimir) Putin cree que las fuerzas rusas serán aceptadas con los brazos abiertos en Ucrania, pienso que está profundamente equivocado". "Un ataque a Kiev sería desastroso", ha subrayado.