- El presidente de EEUU, Joe Biden, confirmó ayer que en la operación antiterrorista lanzada en el noroeste de Siria la noche del miércoles fue eliminado el líder del Estado Islámico (EI), Abu Ibrahim al-Hashimi al-Quraishi. “Anoche, bajo mi dirección, las fuerzas militares estadounidenses en el noroeste de Siria llevaron a cabo con éxito una operación antiterrorista (...) gracias a la habilidad y valentía de nuestras Fuerzas Armadas, logramos retirar del campo de batalla a Abu Ibrahim al-Hashimi al-Quraishi”, anunció Biden en un comunicado, en el que confirmó que todos los estadounidenses que participaron en la operación regresaron a salvo. Justificó esta acción militar “para proteger al pueblo estadounidense” y sus aliados, y “hacer del mundo un lugar más seguro”.

El Gobierno estadounidense anunció que había llevado a cabo “con éxito” la operación en la provincia de Idlib, el último bastión opositor en el noroeste de Siria. “Las fuerzas de Operaciones Especiales bajo el control del Comando Central de EEUU llevaron a cabo una misión antiterrorista esta noche en el noroeste de Siria. La misión fue un éxito”, anunció el portavoz del Pentágono, John Kirby, en un escueto comunicado.

En 2019, el Departamento del Tesoro estadounidense ofreció 5 millones de dólares como recompensa por cualquier información relacionada con Al Quraishi, cantidad que dobló al año siguiente y que seguía estando en vigor hasta su muerte ayer.

Esa cifra se debe a que, según Washington, Al Quraishi ayudó a impulsar y justificar el secuestro, matanza y tráfico de minorías étnicas, como la yazidí en el noroeste de Irak, y supervisó las operaciones globales del grupo yihadista, que siempre ha tenido como objetivo preferente al enemigo americano.

Sin embargo, la “misión exitosa” se saldó con la muerte de seis niños según confirmó el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). “Al menos seis niños murieron y una niña resultó gravemente herida la pasada noche en la ciudad fronteriza de Atme, en el noroeste de Siria, debido a la intensa violencia”, indicó Unicef en un comunicado, en el que aseguró que “áreas pobladas por civiles resultaron gravemente dañadas” durante la acción estadounidense.

Asimismo, Unicef lamentó que, en el último años, “casi el 70% de las violaciones graves registradas contra niños en Siria ocurrieron en el noroeste”, donde se encuentra Idlib, dominada por el Organismo de Liberación del Levante, en el que se incluye la exfilial siria de Al Qaeda, y que acoge también a una miriada de grupos armados opuestos al Gobierno de Damasco. “Este reciente incremento de la violencia se produce en medio de unas frías condiciones climáticas y registros de temperaturas bajo cero en Siria y en la región”, que han dejado “al menos cinco niños sirios muertos” en el norte del país árabe “solo en las dos últimas semanas”, subrayó Unicef.

Tras la denuncia de Unicef, Biden compareció ante la prensa para señalar que Al Hashimi al Quraishi murió en una explosión que él mismo causó. En un discurso en la Casa Blanca, el presidente estadounidense aseguró que su Gobierno hizo todo lo posible para “minimizar las muertes de civiles”. “Mientras nuestras tropas se acercaban para capturar al terrorista, en un acto final de cobardía desesperada y sin ninguna consideración por las vidas de su propia familia o de otros en el edificio, decidió volarse a sí mismo por los aires”, dijo Biden.

Al Quraishi no recurrió “simplemente a un chaleco” con explosivos, sino que decidió “volar por los aires” el tercer piso del edificio donde se encontraba escondido, “matando consigo a varios miembros de su familia”, añadió el mandatario.

“Sabiendo que este terrorista se había rodeado de familias, incluidos niños, tomamos la decisión de llevar a cabo una redada de fuerzas especiales, algo mucho más arriesgado para nuestra propia gente, en lugar de lanzar un ataque aéreo”, indicó Biden, que insinuó que todas las víctimas civiles se debieron a las acciones de Al Quraishi, y aseguró que la operación ha “enviado un mensaje claro a los terroristas de todo el mundo”.