- Esperanzas de cambio y ansias de continuidad. Eran las sensaciones encontradas que se palpaban ayer en Barinas, cuna de Hugo Chávez, donde unos ciudadanos iban a votar soñando con un cambio de rumbo político en la región, mientras otros lo hacían buscando perpetuar al chavismo, después de ser puesto en jaque por la oposición el pasado noviembre.
La jornada se desarrolló con una relativa tranquilidad, aunque la oposición denunció algunas incidencias, como la restricción en el acceso de sus testigos en colegios de votación, que fueron resueltos.
Unos y otros acudían a las urnas con la ilusión de ver a su candidato erigido gobernador de una región liderada, desde 1998, por el apellido Chávez, ausente en estos comicios. Y así, algunos, que vieron cómo al chavismo se le escapaba el triunfo, celebraban que se repitieran los comicios tras la orden dada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), esperando que el pueblo no dejara pasar la segunda oportunidad, mientras otros esperaban que sirviera para ratificar el triunfo opositor.
El alto tribunal ordenó la repetición después de un polémico recuento que duró ocho días y que dio por ganador, por un estrecho margen, al entonces opositor Freddy Superlano, frente a Argenis Chávez, hermano del hombre que presidió Venezuela desde 1999 hasta su muerte en 2013..