- Más de 15 millones de chilenos están convocados en menos de una semana a las urnas en las elecciones presidenciales más inciertas y trascendentales desde el retorno a la democracia, con dos candidatos al margen de los partidos tradicionales y con dos propuestas de país totalmente opuestas. Los últimos sondeos publicados antes de la veda electoral daban como ganador al exlíder estudiantil Gabriel Boric, la carta del izquierdista Frente Amplio y el Partido Comunista, que en la primera vuelta del 21 de noviembre quedó segundo con el 25,8% de los votos frente al 27,9% de Jose Antonio Kast, del ultraderechista Partido Republicano. Los expertos, sin embargo, alertan de que el resultado será muy ajustado y se definirá voto a voto.
Siempre se ha dicho que quien saca más votos en primera vuelta llega a La Moneda (sede de Gobierno) -algo que lleva ocurriendo desde 1999-, pero esta vez es distinto pues la diferencia entre ambos candidatos fue muy pequeña. Conscientes de la fragmentación parlamentaria y de que más del 30% del electorado optaron en primera vuelta por opciones más moderadas, ambos candidatos han templado sus discursos para acercarse al votante de centro.
Kast, defensor acérrimo del modelo neoliberal instalado durante la dictadura y partidario de la mano dura contra la migración y la violencia, partió prometiendo una bajada drástica de los impuestos, pero luego matizó y dijo que lo hará “de manera gradual”. Sus referentes siguen siendo Donald Trump y Jair Bolsonaro y más de una vez ha defendido al general Augusto Pinochet.
Boric, por su parte, ansía un Estado de bienestar parecido al europeo, con acento feminista y ecologista, y ha tenido que poner más énfasis en la recta final en temas de seguridad pública. Independientemente de la moderación de las últimas semanas, el futuro presidente encabezará el Gobierno más izquierdista desde Salvador Allende o el más derechista desde Pinochet.
Tanto Kast como Boric integran formaciones de reciente creación ante los partidos tradicionales de centroizquierda y centroderecha que se han quedado fuera de la contienda.
El ultraderechista logró reunir rápidamente los apoyos de la derecha oficialista, cuyo candidato Sebastián Sichel quedó cuarto en noviembre. A Boric le costó un poco más, pero finalmente consiguió los apoyos de la antigua Concertación, la alianza de centroizquierda que lideró el país entre 1990 y 2010.
Así, la gran incógnita es qué harán el 12,8% de los votantes de Franco Parisi, un polémico economista que sorpresivamente quedó tercero, pese a que hizo campaña en redes sociales desde su residencia en Alabama, Estados Unidos. En las elecciones de 2013, las últimas a las que se presentó, Parisi no se posicionó por ningún candidato, aunque el 70% de su electorado se fue con la conservadora Evelyn Matthei.
Los expertos aseguran que Parisi ha conseguido captar el voto de castigo y el perfil de su electorado es gente joven, mayoritariamente del norte del país.