El Ejército del Gobierno federal de Etiopía atacó hoy nuevamente desde el aire dos localidades de la región norteña de Tigray, donde mantiene una ofensiva armada desde hace once meses, confirmó a Efe el Ejecutivo. Según dijo a Efe el jefe del Servicio de Comunicaciones de Etiopía, Legesse Tulu, el primero de los ataques se llevó a cabo contra el centro de entrenamiento y mando militar del rebelde Frente Popular de Liberación Tigray (FPLT) en el oeste de Tigray, en la zona de Maitsabri.
"El objetivo es la instalación militar, no un edificio civil", aseguró. El segundo ataque aéreo se realizó contra la empresa textil y de confección Almeda, situada en la ciudad de Adua, a más de 150 kilómetros de Mekele, la capital de la región tigriña bombardeada por la Fuerza Aérea etíope en cinco ocasiones esta semana. "El FPLT utiliza la planta de confección para duplicar los uniformes militares del Ejército nacional y de las fuerzas especiales regionales, incluidos los uniformes del brazo eritreo", dijo al argumentar que las fuerzas rebeldes tigriñas cometen los delitos vistiendo el uniforme de las Fuerzas Armadas de Etiopía y acusándoles de ser las responsables.
Por su parte, el portavoz del TPLF, Getachew Reda, declaró hoy en su cuenta de Twitter que las Fuerzas Aéreas etíopes atacaron un hospital local en May Tsebri y lo poco que quedaba de una fábrica textil en Adua. "La fábrica textil había sido totalmente destruida por las fuerzas etíopes hace meses. Sin objetivos militares, por supuesto", indicó Getachew Reda.
Desde el inicio de los bombardeos el pasado lunes, el Gobierno de Etiopía ha reiterado que la Fuerza Aérea ha dirigido sus ataques únicamente contra instalaciones utilizadas por el TPLF con propósitos militares: almacenes de armas y centros de entrenamiento. Pero el portavoz del TPLF ha rechazado esos comentarios y afirmó que el ataque desde el aire del pasado miércoles se dirigió contra un barrio residencial de Mekele, hiriendo a civiles y dañando propiedades.
Según confirmó el representante en Ginebra la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Jens Laerke, en una de las dos rondas de ataques aéreos del pasado lunes murieron al menos tres menores. El segundo bombardeo durante ese mismo día hirió a nueve personas y destruyó varias infraestructuras, incluyendo varias casas y un hotel, según agregó Laerke.
El ataque aéreo del viernes en Mekele impidió, además, el aterrizaje de un avión con ayuda humanitaria de Naciones Unidas en la ciudad, según informó el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas y Coordinador de la Ayuda de Emergencia, Martin Griffiths. La guerra entre Tigray y el Ejecutivo central etíope se desató el pasado 4 de noviembre, cuando el primer ministro, Abiy Ahmed, lanzó una ofensiva contra el TPLF en represalia por un ataque contra una base militar federal y después de una escalada de tensiones políticas.
Desde entonces miles de personas han muerto, unos dos millones se han visto desplazadas internamente en Tigray y al menos 75.000 etíopes han huido al vecino Sudán, según datos oficiales. Además, casi siete millones de personas afrontan una "crisis de hambre" en el norte de Etiopía por la guerra, según advirtió el pasado mes el Programa Mundial de Alimentos de la ONU.