Siete personas han sido detenidas por el asesinato de la funcionaria Babita Deokaran, tiroteada el pasado lunes frente a su casa tras denunciar irregularidades en los contratos públicos relacionados con los fondos dedicados a combatir el coronavirus en la región sudafricana de Gauteng, que incluye Johannesburgo.
Deokaran, de 53 años, era testigo clave de la Unidad de Investigaciones Especiales de la Policía de Sudáfrica. Fue asesinada el lunes cuando volvía a su casa tras dejar a su hija en el colegio.
El jefe de la Policía de Gauteng, David Makhura, señala un vínculo "evidente" entre su muerte y los casos de corrupción que afectan a la administración regional.
Deokaran era la responsable de las finanzas del departamento de Sanidad y fue testigo del gasto de cerca de 20 millones de euros de forma fraudulenta, según los datos del caso que han trascendido.