Miles de afganos que intentan huir de Afganistán a través del aeropuerto de Kabul corren el riesgo de quedar atrapados tras la medida de los talibanes de impedir el acceso a la terminal, mientras las fuerzas internacionales intentan evacuar a sus ciudadanos y aliados en una carrera contrarreloj.
A Estados Unidos y a los demás países de la coalición, que combatieron a los talibanes durante las últimas dos décadas, les queda exactamente una semana para completar su salida del país, como parte del pacto estadounidense de retirarse antes del 31 de agosto.
Una fecha que parece inamovible después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, haya descartado la posibilidad de retrasar la retirada de sus tropas de Afganistán. A pesar de las presiones de varios países europeos, Biden haya decidido aceptar la recomendación del Pentágono de ceñirse a la fecha límite del 31 de agosto que Estados Unidos se había marcado para concluir las operaciones de evacuación y abandonar Afganistán.
Esta decisión llegó después de concluir una reunión virtual de líderes del G7 sobre Afganistán, y de que países como el Reino Unido y Francia abogaran por extender el calendario para asegurarse de poder evacuar a todos los que lo necesiten.
Sin embargo, Biden se decantó por mantener en pie su fecha límite original debido a los riesgos que supondría para su personal y sus tropas quedarse más tiempo en el país. No obstante, el presidente ha pedido a su equipo que desarrolle opciones por si cambiara de opinión y decidiera alargar la presencia militar. El mandatario tomó esa decisión un día después de que un portavoz de los talibanes advirtiera de que extender más allá de finales de agosto las evacuaciones supondría para ellos una “línea roja” y provocaría “una reacción”.
Ante esta postura inamovible de Estados Unidos, los países del G7 exigieron a los talibanes un “paso seguro” para aquellas personas que quieran abandonar Afganistán más allá del 31 de agosto, según afirmó el primer ministro británico, Boris Johnson. Tras presidir una reunión virtual, Johnson aseguró que las potencias occidentales cuentan con “considerables” mecanismos “económicos, diplomáticos y políticos” para respaldar esa exigencia.
El primer ministro británico, que esperaba presionar junto con otros líderes europeos al presidente Joe Biden para extender la presencia militar en Kabul más allá de este mes, dijo tras la reunión que la operación para tratar de evacuar a miles de personas continuará “hasta el último momento que sea posible”.
Los líderes de EE.UU., el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Japón, Canadá y la Unión Europea (UE) abordaron asimismo una “hoja de ruta de cara al futuro” para definir cómo sus gobiernos se van a “relacionar” con el futuro Ejecutivo afgano. “Vamos a tener que relacionarnos con los talibanes. Probablemente habrá un Gobierno talibán en Kabul, y la principal condición que vamos a exigir como G7 es que deben garantizar desde ahora mismo, hasta el 31 de agosto y más allá, un paso seguro para aquellos que quieran salir del país”, dijo el primer ministro británico.
Prohibido ir al aeropuerto
Las evacuaciones son el salvoconducto para miles de afganos que trabajaron con las fuerzas internacionales durante la guerra, activistas, políticos, y periodistas, que junto a sus familias temen ser objeto de las represalias insurgentes. Pero esta salida se topó ayer con un nuevo obstáculo, después del anuncio de los talibanes de que a partir de ahora los afganos no podrán ir al aeródromo, limitando los accesos solo a extranjeros.
“Ahora el camino al aeropuerto ha sido cerrado. Los afganos no están autorizados a ir allí, sólo los extranjeros pueden ir”, señaló el portavoz insurgente, Zabihullah Mujahid. Mujahid aseguró a los ciudadanos que no hay motivos para que traten de huir, “no hay peligro”: “Regresad a vuestras casas, a vuestros trabajos, a la vida normal”, dijo. El portavoz explicó que la medida busca proteger a los afganos tras el caos vivido en el aeropuerto de Kabul la última semana, donde se vivieron escenas dramáticas con decenas de miles de personas tratando de abandonar el país.