Cientos de palestinos volvieron ayer a las calles de la ciudad cisjordana de Ramala para protestar contra “el asesinato” de un disidente, Nizar Banat, y volvieron a pedir la renuncia del presidente, Mahmud Abás, tras un parón por la represión de las fuerzas de seguridad. “Todos somos Nizar Banat”, gritaron los manifestantes mientras cargaban contra las autoridades palestinas. Destacó la presencia de mujeres jóvenes que han sido especialmente agredidas durante las convocatorias que siguieron a la muerte de Banat
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