Las víctimas de violencia armada en Estados Unidos se han convertido esta semana en 40.000 rosas de seda, repartidas frente al Capitolio en una instalación efímera para resaltar un problema permanente y enquistado, ignorado año tras año por los políticos del país mientras las muertes se acumulan. La exlegisladora demócrata Gabrielle Giffords (en el centro), gravemente herida de bala en Arizona en 2011 y una de las activistas más conocidas de EEUU contra la violencia armada, encabezó el homenaje a las víctimas.
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