- El domingo se celebró la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Ecuador. En medio de la crisis de la pandemia y de una grave tensión política, desatada en febrero, el candidato centroderechista, Guillermo Lasso, se proclamó ganador con el 52,51% (con el 99% escrutado) de los votos.

Era la tercera vez que Lasso se presentaba como candidato a la presidencia del país. La primera vez en 2013 frente a Rafael Correa, y la segunda en 2017. Es por eso, que en esta tercera ocasión, apostó por un cambio de imagen y de socios políticos para su candidatura.

En su discurso de victoria se comprometió defender a los miembros de ese colectivo LGTB, así como a las mujeres, madres adolescentes, campesinos, obreros y médicos, entre otros.

Además, Lasso manifestó que el domingo era una día “histórico” para el pueblo ecuatoriano. “Los ecuatorianos han optado por un nuevo rumbo, muy diferente al de los últimos 14 años en el Ecuador”, manifestó desde la ciudad de Guayaquil, en sus primeras declaraciones tras el triunfo electoral de la alianza CREO-PSC.

Por su parte, el candidato izquierdista, Andrés Arauz, declaró que estaba conforme con los resultados. A su mensaje se unió el expresidente Rafael Correa, que desde el extranjero, manifestó en su cuenta de Twitter que el candidato ganador debe cesar con las persecuciones y restaurar el Estado de derecho.

Yaku Peréz, el candidato por el partido indígena Pachacutik, aseguró que el gran porcentaje de votos nulos, que alcanzó un porcentaje histórico del 16,25%, era una manifestación de la resistencia al fraude.

El voto indígena era la gran incertidumbre de estos comicios, y la ruptura el sábado del dirigente Jaime Vargas, presidente de la Confederación Nacional Indígena (Conaie), para alinearse con Arauz, sembró una gran inquietud en el campo centroderechista.

Lasso se presentaba a estos comicios como candidato menos favorito a juzgar por los resultados de la primera vuelta, pero dos hechos le ayudaron a remontar el vuelo: el último cara a cara con Arauz el 21 de marzo en un debate presidencial y la publicación de que su rival había estado en la nómina del Banco Central hasta agosto de 2020, aunque estaba en excedencia.

Operado de la columna en 2018, lo que le obliga a andar con un bastón, en la campaña por esta segunda y definitiva vuelta electoral Lasso buscó también el apoyo del centro, del sector indígena, de jóvenes y mujeres, además de colectivos alejados de la órbita tradicional socialcristiana.

“Desde el 24 de mayo próximo asumiremos con responsabilidad el desafío de cambiar los destinos de nuestra patria y lograr para todos un Ecuador de oportunidad y de prosperidad que anhelamos”, prometió Lasso.

Generar unidad nacional en un país marcadamente dividido, agilizar el proceso de vacunación y recuperar la economía son los retos más inmediatos que deberá encarar el centroderechista.

Por ello, su reto no sólo será sostener el caudal electoral que le eligió sino lograr la confianza de la ciudadanía para que le dé un margen de gobernabilidad, y también del fragmentado Parlamento, donde CREO apenas cuenta con 14 de las 137 curules. “El reto es que Lasso se consolide como líder y demuestre por qué durante tres campañas ha querido ser presidente. La gente le va a tomar el examen todo el tiempo”, opinó el politólogo Ulloa, quien interpreta un deseo del pueblo de salir de la polarización.

En cuanto a Salud Pública, en medio de la crisis de las vacunas que sufre el país, la población ecuatoriana está indignada por quienes se han vacunado a través de listas VIP. “Los ecuatorianos quieren respuestas concretas. Lo que buscan es en quién confiar, quién dirigirá un plan de vacunación, quién les dará empleo”, explicó la consultora política Wendy Reyes.

La economía es sin duda otro de los grandes retos que tiene Lasso por delante, debido a la gran deuda nacional de Ecuador y su falta de liquidez. La difícil situación económica que se desplomó en 2020 con una caída del 7,8% del PIB por la pandemia, que se tradujo en pérdida de empleo y una mayor pobreza, a lo que Lasso deberá dar una respuesta inmediata.