- El segundo juicio político al expresidente estadounidense Donald Trump arrancó ayer en un Senado totalmente dividido, por lo que difícilmente será condenado por su responsabilidad en el asalto al Capitolio. Los 100 senadores ejercerán como jurado del conocido en Estados Unidos como impeachment, y serán los encargados de valorar la acusación de "incitación a la insurrección" contra Trump por la irrupción de una turba de sus seguidores en el Capitolio, que dejó 5 muertos. Este proceso pasará a la historia en dos sentidos: porque Trump se convirtió ayer en el primer presidente estadounidense en afrontar dos juicios políticos, tras el celebrado hace un año por sus presiones a Ucrania, y porque nunca antes se había sometido a un impeachment a un mandatario cuando ya no está en el poder.

El ambiente del juicio político de ayer es diferente al que vivió el Congreso hace un año debido a las protecciones que se han adoptado por la pandemia del coronavirus.

Por ejemplo, los senadores tuvieron que permanecer en sus escaños durante el primer juicio, pero esta vez tienen la posibilidad de seguirlo desde otros sitios: desde sus oficinas privadas hasta una gran sala detrás del hemiciclo donde se estará retransmitiendo en directo el proceso por televisión.

Se espera que el juicio político se desarrolle rápido, con un posible final la próxima semana, y es improbable que termine en una condena para Trump, puesto que para ello se necesitaría un mínimo de 67 votos (dos tercios del Senado) y los demócratas solo controlan 50 escaños de la cámara, aunque al menos diez republicanos ya han mostrado públicamente su apoyo a la condena. La sesión empezó con una votación sobre las reglas que gobernarán el juicio político, que se aprobaron por 89 votos a favor y 11 en contra.

"Es nuestro deber constitucional llevar a cabo un juicio político justo y honesto de los cargos contra el expresidente Trump, los mayores cargos jamás presentados contra un presidente en la historia de EEUU", subrayó el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, antes de esa primera votación.

A continuación, los senadores iniciaron un debate de cuatro horas sobre la constitucionalidad del juicio político, algo que los conservadores ponen en duda al considerar que no se puede procesar políticamente a un presidente que ya abandonó la Casa Blanca.

Numerosos expertos en la Constitución opinaron que el proceso es legítimo incluso si ya no puede resultar en la destitución de Trump, porque evalúa hechos que se produjeron cuando él todavía era presidente.

El debate sobre la constitucionalidad es un salvavidas para aquellos republicanos más incómodos con Trump pero que no se atreven a darle del todo la espalda, puesto que así tendrán una excusa para votar en contra de condenarlo.

Al terminar el debate sobre la constitucionalidad del proceso, en el que intervienen los legisladores demócratas que ejercen como "fiscales" del juicio y también los abogados de Trump, se votó que el juicio político es legítimo, para lo que solo fue necesaria una mayoría simple.

El juicio político se retoma hoy a las 12.00, cuando empezarán los argumentos de los "fiscales" del impeachment, que son nueve legisladores demócratas de la Cámara Baja.