El presidente de EE.UU., Donald Trump, dijo este miércoles que cree que el resultado de las elecciones de noviembre acabará en el Tribunal Supremo estadounidense, y que por eso se está dando tanta prisa para cubrir la vacante que ha dejado en esa corte el fallecimiento de la jueza Ruth Bader Ginsburg.
"Creo que esto (las elecciones) acabará en el Tribunal Supremo, y creo que es muy importante que tengamos nueve jueces", dijo Trump a los periodistas durante una reunión con fiscales generales de varios estados del país en la Casa Blanca.
"Es mejor si (aprobamos a una nueva juez) antes de las elecciones, porque creo que este fraude que están preparando los demócratas, este fraude acabará frente al Tribunal Supremo de EE.UU.", añadió.
Trump ha insinuado repetidamente que podría no aceptar el resultado de las elecciones del próximo 3 de noviembre si no se le declara ganador, y ha insistido en que quiere que el vencedor se sepa la misma noche de los comicios, algo improbable debido al gran volumen de votos por correo que se esperan a raíz de la pandemia.
El mandatario mantiene además una ofensiva contra el voto por correo, al insistir en que ese método -que él mismo ha utilizado- puede favorecer el fraude, algo sobre lo que no ha aportado pruebas y que es extremadamente improbable que ocurra, como han demostrado varios estudios.
Durante una rueda de prensa poco después en la Casa Blanca, Trump se negó a garantizar que, si pierde en noviembre, su traspaso de poder al candidato demócrata Joe Biden será pacífico.
"Tendremos que ver lo que ocurre, usted lo sabe, me he quejado mucho de lo que está pasando con las papeletas", afirmó Trump al ser preguntado al respecto.
Trump planea nominar este sábado a su candidata para sustituir a Ginsburg, fallecida el pasado viernes a los 87 años, y este miércoles confirmó que la jueza cubano-estadounidense Bárbara Lagoa está entre las cinco magistradas que está considerando para el puesto, aunque negó que tenga planes de reunirse con ella.
La decisión de Trump de nominar de inmediato a una sustituta de Ginsburg ha generado polémica, porque la veterana jueza progresista dejó escrito, antes de morir, que su "deseo más ferviente" era "no ser reemplazada hasta que haya un nuevo presidente", tras los comicios.
Sin embargo, los republicanos han dejado claro que ya tienen los votos para confirmar a la nominada de Trump en el Senado, y aunque quedan menos de seis semanas para las elecciones, el mandatario insistió en que su objetivo es haberlo resuelto para entonces.
Si el resultado de las elecciones estuviera en disputa y no se hubiera cubierto la vacante que ha dejado Ginsburg, el Supremo contaría aún así con una mayoría conservadora de cinco jueces, frente a los tres de inclinación progresista que quedan en la corte tras la muerte de la célebre magistrada.