La tercera ronda de negociaciones entre Estados Unidos y Rusia para salvar el acuerdo Nuevo START, el último pacto de control de armas nucleares vigente entre ambas potencias, terminó este martes en Viena sin resultados concretos, aunque las dos partes no descartaron un entendimiento de aquí a fin de año.
"Rusia está a favor de prolongar el tratado START, pero no está dispuesta a pagar cualquier precio por ello", indicó el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, citado en la red social Twitter por el embajador de Moscú ante los Organismos Internacionales en Viena, Mijaíl Uliánov.
"Tenemos la impresión de que la opción de una extensión del START no está cerrada, pero Estados Unidos está dudando y tiene algunas ideas adicionales sobre lo que se debe hacer", agregó Riabkov.
Por su parte, el negociador estadounidense, Marshall Billingslea, dijo en una rueda de prensa telemática que depende de Rusia cómo y cuándo continúen ahora las negociaciones.
"Pueden ser semanas o meses. El balón está ahora en el campo de Moscú", aseguró el enviado del presidente estadounidense, Donald Trump, al insistir en la necesidad de incluir en el futuro a China en el control de armamento nuclear.
Billingslea destacó la voluntad de Trump de reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putín, siempre y cuando exista la perspectiva de un "buen acuerdo" en Viena.
POSICIONES ALEJADAS
Pero "seguimos muy alejados en una serie de asuntos clave", advirtió el negociador estadounidense, sin entrar en detalles. Al mismo tiempo, no quiso descartar que las partes puedan alcanzar una extensión del acuerdo a partir de 2021, siempre que se arreglen algunos aspectos del tratado vigente, sobre todo en el terreno de las verificaciones.
Eso sí, tras una eventual extensión de cinco años del Nuevo START, que según Washington depende de una serie de concesiones de la parte rusa sobre la ampliación de su arsenal nuclear, se debe incluir a China, agregó Billingslea.
"Un acuerdo marco no puede ser un acuerdo bilateral como en la Guerra Fría, sino que debe incluir a China", según el enviado estadounidense, quien acusó a Pekín de querer duplicar el número de sus armas atómicas la próxima década.
SIN CONDICIONES PREVIAS
Riabkov, por su parte, coincidió en que "las prioridades en este momento difieren de forma significativa" entre las partes, aunque destacó que Rusia no impondrá "ninguna condición previa" para extender el acuerdo, firmado en 2010 y que vence en febrero de 2021.
Ante la exigencia estadounidense de incluir a China en la ecuación, Rusia propone incorporar también a Francia y el Reino Unido, las otras dos potencias nucleares declaradas miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.
"Pero ante la perspectiva de que esos países no están dispuestos (a entrar en la negociación), Estados Unidos y Rusia deben concentrarse en el camino bilateral", sostuvo Riabkov, siempre citado por el embajador ruso en Viena.
CONTROL DE CASI TODAS LAS ARMAS
Rusia y Estados Unidos, los dos grandes rivales de la Guerra Fría en el siglo XX, controlan el 90 % de las armas nucleares que existen en el planeta. El resto de las bombas atómicas está en manos de China, Francia, el Reino Unido y las potencias nucleares no declaradas de India, Pakistán, Corea del Norte e Israel.
START son las siglas inglesas para Tratado de Reducción de Armas Estratégicas y, así, el pacto limita el número de armas nucleares estratégicas, a un máximo de 1.550 cabezas atómicas y 700 sistemas balísticos para cada una de las dos potencias, en tierra, mar y aire. En caso de alcanzar un acuerdo, la vigencia de este pacto podría ser prorrogada cinco años, hasta 2026.
Si no se logra esa extensión, los expertos advierten del riesgo de una nueva carrera de rearme nuclear, pues por primera vez desde 1972 no habría ningún acuerdo de control de armas atómicas en vigor entre las dos mayores potencias nucleares del mundo.