- La candidata de la oposición unificada bielorrusa, Svetlana Tijanóvskaya, anunció hoy que se ha exiliado en la vecina Lituania y llamó a sus partidarios a cesar las protestas, un revés para los que exigen en las calles la repetición de las elecciones presidenciales. “La decisión la tomé por mi propia cuenta. Ni una sola vida vale el precio de lo que está ocurriendo ahora”, dijo Tijanóvskaya en un vídeo, después de que el Ministerio de Exteriores lituano confirmara que la opositora bielorrusa se había refugiado en su territorio.
La decisión de Tijanóvskaya sorprendió tanto a sus aliados como a sus partidarios y a los analistas, ya que horas antes, después de afirmar que no reconocía la victoria electoral del presidente del país, Alexandr Lukashenko, aseguró que no tenía motivos para abandonar Bielorrusia. Todo cambió cuando se dirigió el lunes por la tarde a la sede de la Comisión Electoral Central (CEC) en Minsk para impugnar los resultados. Estuvo varias horas sin responder al teléfono, lo que alertó a sus correligionarios. “Tijanóvskaya estuvo tres horas reunida en el despacho de (la jefa de la CEC, Lidia) Yermóshina con dos altos cargos de las fuerzas de seguridad”, explicó ayer su aliada María Kolesnikova, en clara alusión al KGB bielorruso.
Además, poco después de comunicar su paradero, emitió otro vídeo en el que, con el rostro desencajado y leyendo un papel, pedía a los manifestantes que no se enfrenten a la policía y no salgan a las calles “para no poner sus vidas en peligro”. “El pueblo de Bielorrusia hizo su elección. ¡Bielorrusos! Les pido que atiendan a razones y respeten la ley”, señaló. Al respecto, Kolesnikova no descartó que la declaración “fuera escrita bajo presiones de las fuerzas de seguridad”, pero no criticó la decisión de la candidata.
Por su parte, el ministro de Exteriores lituano, Linas Linkevicius, explicó ayer que Tijanóvskaya había llegado al país báltico tras las presiones ejercidas por parte de las autoridades bielorrusas. Aunque, matizó, el Gobierno bielorruso “no puso obstáculos a la salida, sino que incluso ayudó” a que Tijanóvskaya pudiera abandonar urgentemente su país con destino a Lituania, miembro de la Unión Europea. “No tenía otra elección que abandonar el país”, insistió. La apoderada de la candidata opositora, Olga Kovalkova, precisó que “las autoridades la sacaron del país” y que, gracias a ello, tanto Tijanóvskaya como su detenida jefa de campaña, María Morózova, pudieron reunirse con sus hijos en Lituania.
Los analistas creen que el exilio de la candidata opositora no debería repercutir en el ánimo de protesta, ya que el objetivo de la oposición no ha variado: que Lukashenko entregue el poder en un plazo de dos semanas, tras lo que se convocarían nuevas elecciones. La Unión Europea dijo ayer que es pronto para hablar aún de sanciones, los bielorrusos no tienen muchas esperanzas en una condena internacional. “Los europeos no entienden lo que pasa en Bielorrusia. No habrá sanciones, si acaso sanciones de Lukashenko contra su propio pueblo”, comentó a Efe Stanislav Shushkévich, el que fuera el primer mandatario de la Bielorrusia independiente (1991-1994). Shushkévich está convencido de que Tijanóvskaya ganó y que, por eso, Lukashenko ha reaccionado con tanta ira ante las protestas postelectorales.