Berlín - La canciller alemana, Angela Merkel, prometió ayer “solidaridad” en la crisis migratoria al primer ministro italiano, Giuseppe Conte, que exigió en Berlín un reparto “justo” de los refugiados, un refuerzo de las fronteras exteriores y avanzar en la “convergencia” económica dentro de la UE.
El encuentro, esperado con expectación por los evidentes disensos entre Berlín y el nuevo Ejecutivo euroescéptico en Roma, se enmarca en los contactos entre líderes de cara a la cumbre comunitaria de finales de mes en Bruselas, en la que la cuestión migratoria ocupará un papel preeminente y donde por el momento no se entrevé la posibilidad de un acuerdo entre los veintiocho socios. “Somos muy conscientes del esfuerzo realizado por Italia en materia migratoria”, afirmó Merkel en una breve comparecencia conjunta sin turno de preguntas, en la que insistió en que sus Estados están soportando gran parte del peso en esta crisis, que está llevando a miles de personas a abandonar sus países -en especial en África, Oriente Medio y Asia Central- rumbo a Europa.
La canciller se centró en varios de los puntos que reclama Roma, como la cooperación con Libia, de cuyas costas parte la mayoría de embarcaciones con migrantes que llegan a Italia, y la mejora de la protección de las fronteras exteriores de la Unión Europea (UE), asuntos que ambos gobiernos deberán seguir abordando “en los próximos meses”.
Así, se mostró dispuesta a “evaluar” las posibilidades de establecer “formas de cooperación” con Italia para contribuir a la estabilización de Libia y tratar de mejorar las condiciones en la que se encuentran los refugiados que, procedentes de otros puntos de África, llegan a este país para tratar de alcanzar Europa, situación que han denunciado numerosas organizaciones. La conservadora Merkel mencionó la opción de apoyar a la guardia costera libia y de que se pudiese llegar a procesar desde ese país las peticiones de asilo de los migrantes. - Efe