Londres - Las mujeres de Belfast, Cardiff, Edimburgo y Londres celebraron ayer los cien años desde que se permitió el voto femenino en Reino Unido con una marcha masiva usando los colores del movimiento sufragista (verde, blanco y violeta) y pancartas reivindicando la igualdad a todos los niveles. Según explicó Amy McNeese-Mechan, coordinadora de Cultura del Ayuntamiento de Edimburgo, la idea era que, desde el aire, se apreciase una obra con los tres colores que en inglés (green, white, violet) son el acrónimo del eslogan Give Women Vote (Dad el voto a las mujeres), abanderado por las sufragistas.
“El objetivo es rememorar la lucha que las sufragistas emprendieron para lograr algo que ahora nos parece normal, pero que fue una idea revolucionaria en su época”, destacó McNeese-Mechan. El evento, organizado por las plataformas 14-18-Now y Artichoke, también perseguía ser “una oportunidad” para que las mujeres de todo el país se reuniesen y exigiesen “todo lo que todavía queda por conseguir en materia de igualdad”.
El grupo de mujeres que consiguió este derecho hace un siglo se agrupaban dentro de la Unión Social y Política de Mujeres, que utilizó la violencia, rompió ventanas e incendió edificios terminando en muchos casos en prisión, para finalmente conseguir su principal objetivo, la aprobación del voto femenino. Pronto fueron apodadas como “las sufragistas” y con ese nombre pasaron a la historia.
Tomaban el testigo de las silenciosas protestas de las mujeres respetuosas con la ley de finales del siglo XIX, que fueron sistemáticamente ignoradas durante 40 años. Fue ahí cuando Emeline Pankhurst y sus colegas comenzaron a pensar en poner en marcha otras acciones que fuesen más eficaces para conseguir su propósito. Portarían medallas con cintas que usaban los colores morado, que representa la dignidad, blanco para la pureza y verde para la esperanza. Bajo el lema “hechos, no palabras”, algunas activistas fueron encarceladas, donde darían un paso más en su lucha e irían a la huelga de hambre.
Poco a poco las acciones de las manifestantes aumentaron, el Estado intensificó su respuesta para ponerles control y en muchos casos las fuerzas del orden pararon a las manifestantes de la manera más horrible, tal y como queda palpable en las entrevistas del periodista Henry Brailsford con docenas de mujeres que fueron atacadas sexualmente y arrojadas a la mafia. “Igualdad de asientos, iguales de voces” coreaban ayer un grupo de mujeres por las calles de Londres, recordando a estas mujeres y exigiendo una representación de diputados igualitaria en el parlamento de Westminster en Londres, mientras que otras pedían la igualdad de derechos para las mujeres en las cárceles.
HONRAR A LAS MUJERES Una de las que se unió a la marcha fue Joanne Johnson, para quien acudir al evento es “una forma de honrar a las mujeres que lucharon por su derecho al voto y una muestra de respeto a las mujeres que dieron sus vidas para que tuviéramos la oportunidad de votar”. Johnson cree que la lucha por la igualdad todavía sigue en marcha, pues si bien las sufragistas la comenzaron, las mujeres todavía no reciben el mismo salario que los hombres.
La directora de Artichoke, el grupo organizador de la marcha, Helen Marriage, resaltó como individuos y grupos de todo el país estaban representados en todas las marchas: “La respuesta de organizaciones, artistas y comunidades que quisieron trabajar con nosotros ha sido abrumadora. Doy la bienvenida a a las miles de mujeres que respaldaron la idea de esta marcha y siguen así los pasos de nuestros antepasados, las sufragistas, creando una imagen inolvidable que conmemorará los 100 años del voto de la mujer, destacó Marriage al poco de comenzar la marcha en el zona londinense de Park Lane en dirección a Westminster, en un trayecto de casi tres kilómetros.
La ley conocida como The People Act fue aprobada por el Parlamento británico en 1918 y otorgó el derecho de voto a las mujeres mayores de 30 años que tenían propiedades, quienes también pudieron presentarse como candidatas a las elecciones generales. Sin embargo, no fue hasta diez años después cuando se permitió el sufragio universal a todas las personas mayores de 21 años en el Reino Unido.