Según el presidente de la Eurocámara, la UE ha sufrido mucho con el problema de la inmigración, que es importante no solo para el sur, también para Alemania. “Y cuando hubo los primeros síntomas del problema Europa no hizo todo lo que pudo. Ahora es importante hacer mucho más”. Como italiano, sabe que defender las fronteras externas es importante, “pero es más importante invertir dinero en África, con un verdadero Plan Marshall”, sostiene.

¿Por qué?

-Porque ellos sufren el cambio climático, la guerra, el terrorismo, la pobreza? Y en 2050 habrá más de 2.500 millones de personas en el continente. Si no hay soluciones para estos problemas ellos dejarán África y vendrán a Europa. Por eso es importante una estrategia, un gasto para hacer inversiones, ayudar a las empresas, a los emprendedores africanos y hacer diplomacia económica. Si no lo hacemos así desde mañana no vamos a resolver el problema de la inmigración. Y si no lo solucionamos suben electoralmente los populistas y entonces la enfermedad de Europa será más grave.

Otro gran problema de la UE es el paro y el juvenil, que afecta a España, Italia, Francia.

- Si los jóvenes no tienen un sueño para el mañana creo que esto sigue añadiendo votos en contra de Europa, y va a seguir enfermando. Por eso es importante tener una política a favor del crecimiento, una política industrial, reducir la burocracia, hacer reformas, ayudar a los autónomos, pymes e industrias. En tercer lugar está el tema de la defensa y la seguridad. La guerra contra el terror no ha concluido con la victoria en oriente medio contra ISIS, el peligro sigue existiendo, también en África, por eso es importante apoyarlos.

Tras el Brexit muchos auguraron el colapso de la Unión, pero ha sido más bien al revés. Usted ya indica algunos riesgos como el tema económico o de inmigración, ¿hay algo más que usted crea que puede matar al proyecto europeo en el futuro cercano?

-Inmigración, oportunidades económicas y seguridad, creo que esas son las tres cosas más importantes. Creo que el Brexit no es la principal preocupación para nosotros. Defendemos los derechos de 3,5 millones de europeos que viven en el Reino Unido, y es muy importante para nosotros. También lo es que Londres no se puede ir sin pagar, y también hay que buscar una solución a la frontera en Irlanda. Pero todos tenemos la misma posición sobre estos temas. Hubo una reacción positiva por parte de los europeos al Brexit, nos unimos todos.

Hay otros temas como la política internacional de la UE más importante. Nuestras relaciones con Estados Unidos, Rusia, China, ¿qué hacemos? También tenemos los retos de la globalización, ¿qué hace Europa para solucionar los problemas comerciales derivados de ella?

-El proteccionismo es un error, pero no lo es proteger a las empresas europeas de prácticas como el dumping. Hay que trabajar con EEUU, porque somos hermanos, somos aliados, nosotros no somos China. Y también tenemos que tratar el tema de Rusia: nosotros estamos en una posición delicada, en medio, y creo que Europa podría ser un puente para acercar posturas y trabajar por la paz y la tranquilidad.

En el discurso del Estado de la Unión de este año Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, dio por muerto al populismo. Luego hemos visto por ejemplo en Italia que todavía estaba mucho más vivo de lo que se dijo. ¿Se le dio por muerto demasiado rápido?

-El populismo no está muerto. La pregunta es, ¿por qué los ciudadanos votan a favor de los partidos populistas? Porque faltan respuestas, porque si nosotros no contestamos bien a las preguntas de los votantes se enfadan y eligen los populismos. Por eso es importante contestar y resolver los problemas de los que hemos hablado, porque es lo que piden nuestros ciudadanos. Si nosotros, las instituciones europeas y nacionales, lo hacemos bien, los populistas pierden, pero si lo hacemos mal ellos ganan.

¿Se podría mejorar el ámbito económico?

-Se han cometido errores en el sur de Europa, pidiendo solo sacrificios sin una estrategia de crecimiento. Hay que respetar las reglas pero eso no es lo mismo que hacer sacrificios. La estrategia de la Troika no fue positiva, dio una imagen negativa a dónde llegó. Y sí, hay que respetar las reglas, pero eso no es la Troika, con funcionarios arrogantes que te dicen cómo tienes que hacer las cosas. Una vez me contó un hombre del Gobierno español que una persona de la Troika les exigió una cosa para el día siguiente. La persona del Gobierno tuvo que decirle: esto es una democracia, necesitamos del voto del Parlamento, no podemos tenerlo para mañana. Si la burocracia intenta ser la reina se cometen muchos errores y los ciudadanos se enfadan porque no entienden cuál es la solución. La burocracia de Bruselas ha hecho mucho daño, así que hay que ser más políticos.