Berlín - La canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, evidenciaron ayer que, pese a sus esfuerzos por mostrar la fortaleza de su alianza, les separa el abismo de sus diferencias en torno al acuerdo nuclear con Irán y la solución de los dos Estados.

Merkel, en una rueda de prensa conjunta en Berlín, subrayó la importancia que Alemania da -por motivos históricos- a sus relaciones con Israel -”por encima de nuestras diferencias”-, y Netanyahu destacó la “excelente” alianza entre ambos países, pese a “algunos desacuerdos”, que en el transcurso de su intervención convergieron en dos polos de disputa.

Netanyahu reiteró su rechazó el acuerdo nuclear con Irán, por considerarlo ineficaz para evitar que Teherán consiga la bomba atómica y por no afrontar los otros dos motivos de preocupación procedentes de Irán: su programa de misiles balísticos y lo que denominó sus “agresiones” en la zona.

El mandatario israelí despreció de nuevo el acuerdo entre Irán y seis grandes potencias -que rechazó desde el mismo día de su firma y del que se acaba de retirar Estados Unidos- por dar a su juicio a Teherán una “capacidad ilimitada” para enriquecer uranio. “Es importante evitar que Irán consiga armas nucleares. Me comprometo a que eso no suceda”, manifestó el primer ministro israelí, que abogó por mantener la “presión económica” sobre el régimen de Teherán en lugar de buscar un acercamiento económico.

La postura israelí contrasta con la posición europea, que tras la salida de Washington del acuerdo nuclear con Irán ha decidido atenerse a lo que firmaron en el año 2015 -entre aquellos firmantes estaban la Unión Europea, Alemania, Francia y el Reino Unido, así como Estados Unidos, China y Rusia- y no cortar de nuevo las relaciones comerciales con ese país.

El primer ministro israelí subrayó que es “bastante extraordinario” que Irán siga buscando explícitamente la “destrucción” de Israel y tratando de fabricar una bomba nuclear, algo que se trasluce de la reciente información obtenida por sus servicios de inteligencia y que él mismo publicó poco antes de que Washington decidiese salir del acuerdo. -Efe