- La Armada Argentina aseguró ayer que se registró un “evento anómalo singular corto, violento y no nuclear consistente con una explosión” en la zona en la que el submarino argentino ARA San Juan desapareció hace ocho días en el océano Atlántico con 44 tripulantes a bordo. Según el capitán de navío Enrique Balbi, el embajador de Argentina en Austria, Rafael Grossi, experto nuclear, señaló en una comunicación con el Gobierno que la “anomalía hidroacústica” registrada el miércoles 15 de noviembre en la zona en la que se reportó por última vez el sumergible, fue “un evento anómalo singular corto violento y no nuclear consistente con una explosión”.

El pasado lunes, el capitán de navío Gabriel Galeazzi explicó a la prensa que el miércoles de la desaparición el submarino había comunicado que había sufrido una avería eléctrica en sus baterías, algo que, según dijo en ese momento la fuerza argentina, no tendría por qué haber afectado al funcionamiento del submarino.

En conferencia de prensa en la sede central de la Armada, en Buenos Aires, Balbi pidió “prudencia” por “respeto a los familiares” y aseveró que “hasta no tener certezas u otros indicios” se va a continuar con “el esfuerzo de búsqueda del submarino y los 44 tripulantes”, en el que están participando hasta 13 países.

Según se había adelantado ayer, el 15 de noviembre, y apenas tres horas después de perder la comunicación con el sumergible, se detectó una “anomalía hidroacústica” o “ruido” cerca de donde se reportó por última vez su ubicación, en la zona del Golfo San Jorge, a 432 kilómetros de la costa de la Patagonia argentina.

Un “indicio Oficial” Tras recoger esa información y hacer un análisis en EEUU, se determinó avanzar en ese “indicio oficial”, por lo que a lo largo de la madrugada se desplazaron hasta la zona varias unidades de diferentes nacionalidades para tratar de localizar al submarino, algo que todavía no se ha conseguido.

En este sentido, Balbi señaló que ese indicio se confirma con la información facilitada por el embajador en Austria, que es miembro de la organización de control de pruebas nucleares, que vela por la “no realización” de ensayos nucleares. El portavoz del cuerpo castrense explicó que ayer se reunió con el jefe de la Armada, Marcelo Eduardo Hipólito Srur y el ministro de Defensa, Oscar Aguad “actualizando toda la información recibida desde la fecha”.

Es en ese momento, a las 10,15 hora local de ayer (13,15 GMT) se recibió desde Austria la información de Grossi, que se la transmitió telefónicamente al canciller, Jorge Faurie, quien a su vez se la contó a Aguad.

El submarino ARA San Juan había partido el lunes 13 de noviembre pasado del sureño puerto de Ushuaia y se dirigía de regreso a su base, en la localidad de Mar del Plata, en la provincia de Buenos Aires, adonde debía haber llegado entre el domingo y lunes pasados.

Viaje de adiestramiento El viaje, con 44 submarinistas profesionales de la Armada, tenía como cometido participar en un adiestramiento integrado con la flota de mar y las aeronaves de la dotación naval.

Fue el viernes pasado cuando la Armada Argentina confirmó que el submarino reportó por última vez su posición en la madrugada del miércoles, por lo que, pasadas 48 horas sin tener comunicación con la nave, se resolvió activar el protocolo de búsqueda. Hasta ahora, no ha habido ni un solo rastro del sumergible y las familias de los tripulantes aguardan noticias, con cada vez menos esperanza, en la Base Naval de la Armada argentina de Mar del Plata.

Me siento “engañada” La esposa de uno de los 44 tripulantes del submarino dijo sentirse “engañada” porque la Armada no informó hasta ayer de la supuesta explosión ocurrida en la zona donde fue localizado por última vez. “No dieron ninguna explicación, según ellos lo saben ahora, pero ¿cómo lo van a saber ahora?”, señaló Itatí Leguizamón, esposa del operador de radar Germán Óscar Suárez. “No dijeron que están muertos, pero es una suposición lógica, desde el miércoles están ahí”, aseguró antes de considerar que las autoridades que se comunicaron con ellos estos días son unos “desgraciados, perversos” que “manipularon” a las familias. Para Leguizamón, las autoridades ya “conocían esta información” desde antes y continuaron con el operativo “para quedar bien” porque “mandaron una mierda a navegar”, afirmó antes de afirmar que en 2014, el submarino ya sufrió otro incidente grave. “No viene de ahora, viene de hace 15 años atrás”, de los “15 años de abandono que tiene la Armada”, aseguró la esposa del radarista, para quien la responsabilidad “es de todos”, tanto del Gobierno anterior como del actual porque desde los años 70 “nadie invierte un peso” en la fuerza naval.

La esposa de otro de los tripulantes del submarino desaparecido dijo señaló ayer que, aunque las familias aguardaban noticias con “esperanza”, los marineros “no van a volver nunca más”. “No nos quedó santo por rezar ni a nadie por pedir. No sé si hay un destino marcado para cada uno. Hay gente que no cree en eso, no volvieron y no van a volver nunca más”, remarcó a la prensa Jessica Gopar, esposa del cabo principal Fernando Gabriel Santilli.

“Yo llegué (a la base) de casualidad a dejar el cartel (con un mensaje de esperanza) porque me había negado a venir por la angustia. Y cuando llegamos y alguien hizo así con la cara (negando), listo, lo primero que dije ‘se murieron todos’”, remarcó la mujer, quien aclaró que “tenía una mala espina” y ayer se le confirmó.

Gopar, madre de un niño que cumplió hace unos días un año, recordó cómo la última vez que se vieron se dijeron que se encontrarían “pronto” y festejarían el cumpleaños del pequeño. Crítica con las autoridades de la Armada por la “falta de información”, la mujer se mostró agradecida a todos los países que están colaborando en la búsqueda del submarino. - Efe