Dublín - En su primera visita a Irlanda del Norte desde que accedió al poder en junio pasado, el nuevo jefe del Gobierno de Dublín, el democristiano Leo Varadkar, instó ayer a los líderes norirlandeses a presentar un frente común ante el Brexit. La salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) es el “gran reto” al que se enfrenta “nuestra generación” en la República de Irlanda y en la provincia británica, aseguró Varadkar durante un discurso pronunciado en la Queen’s University de Belfast, en su primer acto tras llegar a la región.

No obstante, advirtió, los partidos norirlandeses deben defender con “una sola voz” los intereses de la región, por lo que insistió en la necesidad de que restauren “cuanto antes” el Ejecutivo autónomo de poder compartido entre protestantes y católicos, que permanece suspendido desde el pasado enero. “El tiempo se acaba”, recalcó en la primera jornada de su viaje de dos días, en la que también se reunió con los líderes del Partido Democrático Unionista (DUP), mayoritario entre los protestantes norirlandeses y socio del Gobierno británico, y del nacionalista Sinn Féin, principal entre la población católica y opuesto al Brexit.

Varadkar les recordó que los países de la UE decidirán el próximo octubre si se han producido avances en la primera fase de conversaciones con Londres, que gira en torno a “tres asuntos principales”, y si se puede dar paso a la segunda etapa de la negociación sobre los términos de este divorcio. Uno de ellos, agregó, es “la cuestión irlandesa”, que afecta al futuro de la frontera en la isla, la única barrera terrestre que separará al Reino Unido y la UE tras el Brexit.

El Taoiseach (primer ministro) aseguró que no desea el establecimiento de una frontera estricta entre las dos jurisdicciones de la isla que perjudique el libre comercio y la circulación de personas, clave, resaltó, para sus economías y el éxito del proceso de paz. El Reino Unido y la UE tampoco quieren alterar esta división todavía invisible, pero Bruselas sostiene que la salida de Londres del mercado único y la unión aduanera conllevaría la imposición de ciertas restricciones. - Efe