Washington/bruselas/Caracas - La Mesa de Unidad Democrática (MUD) convocó ayer un nuevo “paro cívico” y una huelga general de 48 horas que concluirá mañana con otra “toma de Caracas”, en lo que representa el último intento de la oposición venezolana para impedir que este domingo se celebren las elecciones a la Asamblea Constituyente impulsada por el Gobierno de Nicolás Maduro.
La jornada de paro de ayer venía precedida de una auténtica ofensiva internacional contra la iniciativa del Ejecutivo chavista. Por una parte , el Gobierno estadounidense impuso sanciones contra trece funcionarios y exfuncionarios venezolanos por abusos de derechos humanos, corrupción y acciones para minar la democracia. Entre los sancionados están el jefe de la Comisión Presidencial para la Constituyente y exvicepresidente de Venezuela, Elías Jaua; la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena; el ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol; el defensor del Pueblo, Tarek William Saab, y el Tesorero de la Nación, Carlos Malpica Flores, entre otros. Pese a incluir en su lista a un alto cargo de PDVSA, el Gobierno del presidente Donald Trump no llegó al punto de imponer sanciones más amplias que pudieran afectar a todo el sector petrolero de Venezuela, aunque advirtió de que no ha descartado esa opción.
El Gobierno de Estados Unidos afirmó que, de seguir adelante, la elección a la Asamblea Nacional Constituyente podría marcar el “fin de la democracia en Venezuela”, y advirtió de que quienes participen como organizadores o candidatos podrían exponerse a sanciones.
Del mismo modo, un grupo de 13 países de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y su secretario general, Luis Almagro, exigieron a Venezuela que suspenda la Asamblea Constituyente. Este grupo, liderado por potencias como Estados Unidos y México, pidió en una declaración conjunta suspender el proceso de la Constituyente porque “implicaría el desmantelamiento definitivo de la institucionalidad democrática” y “sería contrario a la voluntad popular expresada en la consulta del 16 de julio”. Por su parte, la UE instó ayer al Gobierno de Venezuela a respetar la Constitución del país y advirtió al presidente de que la elección de la Asamblea Constituyente incrementará el riesgo de confrontación. “Para la sociedad venezolana la convocatoria de una Asamblea Constituyente es una medida controvertida, por ello se corre el riesgo de que polarice más al país y aumente el peligro de confrontación”, indicó en un comunicado la alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, quien volvió a llamar al Gobierno y la oposición a retomar el diálogo.
Entretanto, el chavismo iniciaba ayer el cierre de su campaña electoral en medio de la huelga convocada por la oposición venezolana que se cumplía de forma parcial y desigual en varias ciudades del país. Desde primeras horas se contabilizaban ya detenciones en diversos estados del país y al cierre de esta edición se tenía constancia de la muerte de un hombre de 30 años en Mérida, al oeste del país, durante una manifestación opositora. - Efe/Europa Press