Dublín - Los partidos norirlandeses recibieron ayer más tiempo para seguir negociando la formación de un Gobierno de poder compartido, a pesar de que Londres advirtió de que la parálisis política no puede “continuar indefinidamente”. El ministro británico para Irlanda del Norte, James Brokenshire, evitó ayer fijar otra fecha límite a las formaciones políticas, tras constatar, dijo, que se han “realizado progresos” en los últimos días y que las partes pueden lograr un acuerdo “tan pronto como esta semana”.

Los partidos ya superaron el pasado jueves el plazo impuesto por Londres -el cuarto en seis meses-y, a pesar de que apuraron también sin éxito otra prórroga durante el fin de semana, Brokenshire ve cercana la restauración del Ejecutivo autónomo de poder compartido entre protestantes y católicos.

Con la concesión de más tiempo, el ministro escogió ayer la opción más conciliadora, pues podía haber convocado otras elecciones, cuatro meses después de las de marzo, o suspender temporalmente la autonomía para gobernarla directamente desde Londres.

“Este vacío no puede continuar durante mucho más tiempo”, indicó Brokenshire ante el Parlamento de Westminster, donde advirtió, no obstante, de que la posibilidad de la suspensión de la autonomía sigue sobre la mesa si no hay acuerdo.

“Todavía no hemos llegado a ese punto, pero puede llegar y el hecho de que no haya un presupuesto formal no puede continuar indefinidamente”, señaló Brokenshire, quien explicó que, en ese caso, Londres deberá tomar el control de las finanzas norirlandesas, entre otras competencias.

El optimismo del ministro contrasta con el pesimismo de los partidos, sobre todo del Sinn Féin, principal representante de la comunidad católica, que afirmó ayer que ve “improbable lograr un acuerdo a corto plazo”.

Por contra, el probritánico Partido Democrático Unionista (DUP), mayoritario entre la comunidad protestante y actualmente socio del gobernante Partido Conservador británico de Theresa May, sostiene que está listo para reimplantar el Ejecutivo.

El DUP, cuyos diez diputados apoyan en el Parlamento de Londres el Gobierno tory de la primera ministra, acusa a los nacionalistas de entorpecer las negociaciones planteando demasiadas demandas para regresar al Gobierno, que compara con una “lista de la compra”.

Rechazo del Sinn Féin La líder del Sinn Féin en Irlanda del Norte, Michelle O’Neill, consideró ayer que las palabras de Brokenshire “no ayudan” y que tratan de “complacer” al DUP, el socio de May. La formación nacionalista opina que el DUP está “envalentonado” y “atrincherado”, después de que May firmase la pasada semana con esa fuerza política un pacto para obtener el apoyo de sus diputados en Westminster y así mantenerse en el poder, tras perder su mayoría absoluta en las elecciones generales del 8 de junio.

El Sinn Féin también vaticinó que los unionistas endurecerán aún más su posición en las próximas semanas, coincidiendo con la temporada de las marchas de orangistas en Irlanda del Norte, con las que celebran la identidad de la comunidad protestante.

La ex ministra principal norirlandesa y líder del DUP, Arlene Foster, reiteró ayer que la pelota está en la cancha del Sinn Féin, cuya lista de demandas, remarcó, “parece que crece cada vez que nos volvemos a reunir”. “Esto es frustrante para toda la gente de Irlanda del Norte, que nos ha dejado muy claro que lo que quiere es ver restaurado el Gobierno y funcionando de una manera justa y proporcionada”, manifestó Foster. Aunque Brokenshire opinó ayer que las partes han efectuado progresos sobre “cuestiones clave, como la lengua, cultura e identidad”, el Sinn Féin mantiene que el DUP sigue sin ceder terreno ante las propuestas relacionadas con los derechos de las minorías.

En concreto, el partido liderado por Gerry Adams cita la negativa del DUP a redactar una ley específica que oficialice el uso de la lengua gaélica y a legalizar el matrimonio entre homosexuales.