Washington - El Fiscal General de Estados Unidos, Jeff Sessions, aseguró ayer que cualquier sugerencia de que conspiró con el Gobierno ruso para influir en las elecciones de 2016 es “una mentira espantosa y detestable”. “Cualquier sugerencia de que he participado en cualquier colusión con el Gobierno ruso para herir a este país, al que he tenido el honor de servir durante 35 años, o que he tratado de socavar la integridad de nuestro proceso democrático, es una mentira espantosa y detestable”, dijo Sessions.

También afirmó que “nunca” se ha reunido con ningún funcionario del Gobierno ruso con el objetivo de influir en las elecciones. “Nunca me he reunido ni he tenido ninguna conversación con ningún funcionario ruso o con ningún funcionario de ningún Gobierno extranjero para influir en las elecciones de Estados Unidos”, aseguró Sessions ante el Comité de Inteligencia del Senado, encargado de investigar la supuesta injerencia rusa en los comicios.

El fiscal general insistió en que se apartó de la investigación sobre Rusia el pasado 2 de marzo porque había intervenido activamente en la campaña del ahora presidente, Donald Trump, y no consideraba apropiado participar en una investigación que pudiera implicar al entorno del mandatario. “Es importante; me inhibí de la investigación no por haber cometido ninguna mala conducta durante la campaña, sino por las regulaciones del Departamento de Justicia”, afirmó.

La decisión de Sessions de inhibirse de la investigación llegó, sin embargo, justo cuando la prensa reveló que había mantenido dos encuentros durante la campaña presidencial con el embajador ruso en Estados Unidos, Sergey Kislyak, unas reuniones que no reveló en el Senado durante su audiencia de confirmación en el cargo.

La comparecencia de Sessions ante el Comité de Inteligencia del Senado sirve para responder al testimonio que dio la semana pasada ante ese mismo comité el exdirector del FBI James Comey. Comey sugirió que Sessions se apartó el 2 de marzo de la investigación rusa debido a su participación en una serie de hechos que, al ser clasificados, no reveló ante el público.

Según informaciones de medios locales, Comey dijo a los miembros del Comité de Inteligencia del Senado en un encuentro a puerta cerrada que Sessions pudo haber tenido una tercera reunión -hasta ahora desconocida- con Kislyak en el hotel Mayflower, en Washington. Frente a los senadores, Sessions negó haber mantenido un tercer encuentro secreto con el diplomático y explicó que participó en el citado hotel en una recepción con multitud de asistentes, entre los que podría encontrarse el embajador ruso. “Si hubo algún tipo de interacción breve con el embajador ruso durante esa recepción, no lo recuerdo”, afirmó Sessions.

Por otra parte, Sessions afirmó que tiene “confianza” en el exdirector del FBI Robert Mueller, encargado de la investigación sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016, aunque rechazó hablar sobre la posibilidad de que sea despedido. “Tengo confianza en el señor Mueller, pero no voy a hablar sobre ninguna hipótesis”, dijo Sessions ante el Comité de Inteligencia del Senado sobre los comentarios que profirieron varios aliados del presidente de EEUU, Donald Trump, sobre un posible despido de Mueller, nombrado fiscal especial para el caso ruso el 17 de mayo. El responsable de despedir a Mueller sería el “número dos” del Departamento de Justicia, Rod Rosenstein, quien se encargó también de nombrar a Mueller.

Una situación complicada El expresidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, afirmó ayer mismo en una entrevista en el canal ABC que la figura del fiscal especial es “muy peligrosa” y consideró que aquellos que piensan que la investigación rusa va a ser “neutral” y “profesional” están “delirando”. Gingrich, importante aliado de Trump, repitió los comentarios que ya hizo este lunes y volvió a defender que Mueller ha conformado su equipo de investigación con varios donantes demócratas y exempleados de la Fundación Clinton, por lo que puso en duda su imparcialidad.

Frente a quienes piden la cabeza de Mueller, otros republicanos, como el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, pidieron ayer a Trump que deje a Mueller hacer su trabajo de forma “independiente”. Ryan, presidente de la Cámara de Representantes, se posicionó así sobre los comentarios que han proferido varios aliados de Trump sobre la posibilidad de despedir a Mueller, nombrado fiscal especial para el caso ruso el 17 de mayo y considerado por demócratas y republicanos como uno de los exdirectores del FBI más prestigiosos. - Efe