Manila - Los combates en Mindanao, al sur de Filipinas, se intensificaron ayer con nuevos ataques aéreos del Ejército después de que los yihadistas afines al Estado Islámico (EI) mataran a 19 civiles tras sembrar el caos en la ciudad de Marawi, donde el número de víctimas mortales se acerca al centenar. Los soldados filipinos “recogieron en una carretera ocho cadáveres de civiles asesinados sin piedad por los terroristas” en las afueras de la capital de la provincia de Lanao del Sur, indicó el portavoz de las Fuerzas Armadas, Restituto Padilla. Los cadáveres, pertenecientes a siete adultos (cuatro hombres y tres mujeres) y un niño, elevan a 19 el número de bajas civiles causadas por los rebeldes del Grupo Maute desde que el pasado martes trataran de tomar la ciudad por las armas desatando intensos combates contra las tropas gubernamental.
El portavoz militar aseguró que ayer se lanzaron “nuevos ataques aéreos de precisión y fuego de artillería”, para reducir a los rebeldes en algunos barrios de Marawi donde todavía mantienen el control o se ocultan entre la población local. Las Fuerzas Armadas aseguran haber matado a 61 yihadistas, mientras 11 soldados y 4 policías cayeron en combate, lo que sumado a las víctimas civiles computa un total de 95 muertos, según los últimos datos oficiales. Más de 2.000 civiles permanecen “atrapados” en las zonas aún controladas por los islamistas y 42.000 han sido evacuados a refugios en Marawi y áreas cercanas, declaró el portavoz del Comité de Gestión de Crisis de Lanao del Sur, Zia Alonto Adiong.
Los militares actúan al amparo de la ley marcial, declarada por el presidente Rodrigo Duterte en toda la isla de Mindanao cuando se desató el incidente el martes. El centro de Marawi permanece sitiado por los soldados, que han tomado las calles con sus vehículos militares y han establecido numerosos puntos de control, reveló una fuente en esa ciudad de 200.000 habitantes al oeste de Mindanao. Tanto la electricidad como la luz y el agua permanecen cortadas en toda la urbe desde hace seis días y apenas se ven civiles por la calle, ya que la mayoría de la población se desplazaron a localidades cercanas como Iligan o Cagayan de Oro o ha sido evacuada. Los civiles que continúan en Marawi están llamados a quedarse en sus casas; según el Ejército, los islamistas colocaron explosivos en las calles durante su retirada. La crisis de Marawi comenzó el martes cuando el Grupo Maute trató de tomar la ciudad después de que las Fuerzas Armadas realizaran una operación para capturar a Isnilon Hapilon, colaborador del EI por cuya cabeza EEUU ofrece una recompensa de 5 millones de dólares (4,55 millones de euros).