París - El nuevo Gobierno francés celebró ayer su primer consejo de ministros, en el que el jefe del Estado, Emmanuel Macron, les exigió resultados, sobre todo en el ámbito europeo, y que aseguren la cohesión interna pese a sus orígenes políticos variopintos. “El proyecto tiene que ser el más europeo y eso nos obliga a conducir reformas eficientes, aunque a veces sean difíciles, y nos exige obtener resultados”, les demandó Macron, según dijo en rueda de prensa el nuevo portavoz gubernamental, Christian Castaner. El presidente, de 39 años, busca que su proyecto se ponga en marcha para aplicar las promesas que lo condujeron al Elíseo, entre ellas, la de fortalecer Europa, y evitar cuestiones de convivencia interna en un Ejecutivo heterogéneo, formado por personas con diferentes orígenes políticos y de la sociedad civil.

Todos ellos trabajarán para poner en práctica el proyecto presidencial, aseguró el portavoz, y aunque gozarán de “libertad intelectual”, serán solidarios con las decisiones colegiadas y discretos, dejando que sea Castaner la única voz autorizada. Macron pretende así, según los analistas, no dar una imagen de desunión en un Gobierno en el que conviven, bajo la dirección del derechista Edouard Philippe, desde el conservador Bruno Le Maire, titular de Economía, al socialista Jean-Yves Le Drian, en Exteriores, pasando por el centrista François Bayrou, a cargo de Justicia.

El presidente también destacó ayer la conciencia medioambiental que debe presidir todas las decisiones del nuevo Gobierno. El nuevo ministro del ramo, Nicolas Hulot, es un ecologista de prestigio.

La construcción de un aeropuerto cerca de Nantes, proyecto denostado por los ecologistas pero defendido por varios miembros del Ejecutivo, puede ser un buen termómetro para medir la convivencia en el Gabinete.

Macron está convencido del éxito de su Gobierno “inédito”, nacido con la voluntad de romper las barreras políticas y con el objetivo de sacar adelante proyectos para hacer avanzar el país. Para ello, el presidente necesita confirmar su reciente victoria en las elecciones presidenciales con una mayoría en la Cámara Baja, que se renovará en las legislativas del mes próximo. Todos los ministros defenderán el proyecto de Macron en busca de una mayoría absoluta que les deje manos libres para actuar.

Seis miembros del Gobierno son candidatos a las legislativas y deben asegurar escaño para seguir. Especialmente delicada se presenta la apuesta para el nuevo ministro de Economía, en su circunscripción de Normandía, donde se enfrentará a una rival de Los Republicanos y donde, en las pasadas presidenciales, la ultraderechista Marine Le Pen fue la más votada en la primera vuelta.

duelo de altura Tampoco lo tiene fácil el secretario de Estado de Economía Digital, Mounir Mahjoubi, candidato en el este de París frente al líder socialista, Jean-Christophe Cambadelis, en una zona en la que el izquierdista Jean-Luc Mélenchon arrasó en las presidenciales. También son candidatos a la reelección los exdiputados socialistas Richard Ferrand y Castaner, ambos convertidos al “macronismo” desde el lanzamiento del movimiento de Macron hace menos de un año, además de la centrista Marielle de Sarnez y de Annick Girardin, del partido radical de izquierdas -asociado al moderado Partido Socialista-. El panorama se presenta despejado para el partido de Macron, La República en Marcha, al que un sondeo difundido por la televisión pública otorga una amplia victoria en las legislativas: un 32 % de los votos el 11 de junio próximo, trece puntos más que cualquiera de sus rivales, que todos bajan.