Dublín - La dimisión de Enda Kenny al frente del conservador partido Fine Gael (FG) y de la jefatura del Gobierno irlandés abre la puerta a la elección de un sucesor que deberá mantener el rumbo de la recuperación económica y lidiar con la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).

Esos serán los principales retos del próximo taoiseach (primer ministro), puesto que ha ocupado desde 2011 Kenny, quien le puso ayer fecha de caducidad para acabar con las especulaciones sobre su futuro en un momento crítico para el país, uno de los más expuestos a los efectos del brexit.

El dirigente democristiano pidió a su partido que designe un sucesor para el próximo 2 de junio. “Quiero asegurar a la gente que durante este proceso interno seguiré desempeñando plenamente mis funciones y responsabilidades como taoiseach”, señaló Kenny, de 66 años.

El veterano político ha permanecido al frente del FG durante 15 años y algo más de seis en el Ejecutivo de Dublín, lo que le ha convertido en el líder de este partido que más tiempo ha ocupado el puesto de primer ministro.

Accedió al Gobierno un año después de que el partido centrista Fianna Fáil se viera obligado en 2010 a pedir un rescate a la UE y al Fondo Monetario Internacional (FMI) por 85.000 millones de euros, un programa de ayuda que aplicó el FG hasta su exitosa conclusión en 2013. Desde entonces, la economía irlandesa, de la mano de Kenny, se ha recuperado hasta alcanzar un ritmo de crecimiento superior al de la mayoría de sus socios comunitarios, pero el electorado le castigó duramente en los comicios generales de 2016 por sus políticas de austeridad. - Efe