Tanta - Egipto despidió ayer a los muertos de los atentados terroristas que golpearon el domingo las catedrales de las ciudades de Tanta y Alejandría, coincidiendo con la entrada en vigor del estado de emergencia, que se prolongará durante tres meses. Las imágenes de duelo se repitieron ayer en el monasterio de Marmina, en Alejandría, durante el funeral de siete de los cristianos coptos que perdieron la vida el domingo en esta ciudad, junto a otros diez fieles, cuando participaban en la celebración del Domingo de Ramos en la catedral de San Marcos.
Entre los muertos de este ataque, que al igual que el que sacudió la catedral de San Jorge de Tanta fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico, se encuentran diez musulmanes: siete policías que vigilaban el templo y tres civiles que pasaban por el lugar. En medio de intermitentes llantos y continuos suspiros, y con una ausencia total de responsables políticos, los familiares de las víctimas mortales dieron su último adiós a sus seres queridos.
En Tanta, donde perdieron la vida 27 fieles, optaron por enterrar a sus muertos durante la madrugada y en el interior del complejo catedralicio.
Uno de los clérigos de la catedral de San Jorge, Musa Wasif, explicó que solicitaron permiso al Gobierno egipcio para convertir la sala donde han sido sepultados en “un santuario dedicado a los mártires”.
Un día después de la tragedia, las tiendas en Tanta, capital de la provincia de Al Garbiya, volvieron a abrir sus puertas, entre ellas los comercios cristianos que el domingo cerraron con motivo del Domingo de Ramos, día festivo para los cristianos egipcios, que representan entre un 10 y un 12% de la población.
Rimón, un copto de 39 años que tiene una tienda de juguetes frente al templo de San Jorge, reabrió ayer su negocio. “Gracias a Dios todo está tranquilo, no tenemos miedo e intentamos vivir con normalidad”, dijo Rimón frente al lugar que el domingo fue escenario de duras escenas de dolor. No obstante, no ocultó que el “día sangriento y tremendo” que vivieron los cristianos egipcios “ha dejado una huella psicológica” que será difícil de borrar.
Asimismo, el resto de iglesias de Tanta recibió ayer a decenas de fieles cristianos para participar en la misa del Lunes Santo, en medio de una notable presencia de agentes de seguridad, aunque menos intensa que la observable tras los ataques.
Los dos atentados de Tanta, 120 kilómetros al norte de El Cairo, y de Alejandría, en la costa mediterráneas causaron la muerte de 45 personas -ayer falleció otra persona- y heridas a otro centenar.
“apóstatas” El grupo yihadista Estado Islámico asumió la autoría y aseguró que fueron perpetrados por dos suicidas con cinturones explosivos. En un comunicado, el grupo extremista amenazó a los cristianos egipcios y a los que denominó como musulmanes “apóstatas”, y aseguró que “pagarán el precio de la factura (...) con el derramamiento de sangre de sus hijos”.
La minoría copta ha sido blanco de ataques sectarios y terroristas en los últimos año. El mayor hasta ahora había sido el ataque terrorista contra la iglesia de San Pedro, situada dentro del complejo de la catedral de San Marcos en El Cairo que dejó 28 muertos.
Tras los dos atentados del pasado domingo, el presidente, Abdelfatah al Sisi, ordenó al Ejército desplegarse y proteger las instalaciones vitales en todas las provincias. Además, el mandatario anunció el establecimiento del estado de emergencia por un periodo de tres meses para “proteger” el país. En un discurso retransmitido en directo por la televisión estatal, Al Sisi detalló que el estado de excepción se extenderá por un periodo de tres meses.
Al Sisi aseguró que los cuerpos de seguridad van a “intensificar sus esfuerzos para castigar a los criminales” que están detrás de los dos atentados, reivindicados por el grupo terrorista Estado Islámico (EI).
Asimismo solicitó a los medios de comunicación que aborden los acontecimientos con “honestidad, responsabilidad y conciencia”.
En un llamamiento a la comunidad internacional, el presidente afirmó que esta “tiene que castigar a los países que apoyaron al terrorismo y crearon la ideología (radical) y trajeron a combatientes (a Egipto) de todo el mundo”. “Ahora nosotros somos los que pagamos el precio”, añadió Al Sisi, quien alabó a los ciudadanos por su resistencia y paciencia en las difíciles circunstancias que vive Egipto desde varios hace años.
Ratificado El Consejo de Ministros ratificó ayer la medida tomada por Al Sisi y pidió a las Fuerzas Armadas y la Policía que tomen las medidas necesarias para hacer frente a los peligros del terrorismo y su financiación y que preserven la seguridad en todo el país. El estado de emergencia solo estaba vigente en la actualidad en una zona limitada del norte de la península del Sinaí, donde el Ejército se enfrenta a la filial egipcia del Estado Islámico desde 2014. El estado de emergencia ha sido decretado en ocasiones excepcionales en años pasados, después de que estuviera vigente de forma continua entre 1981 y 2012, cuando fue abolido al calor de la revolución egipcia de 2011.
Según el artículo 154 de la Constitución egipcia, “el presidente del Estado, tras consultar al Consejo de Ministros, decreta el estado de emergencia, (...) y debe presentar el anuncio al congreso de los diputados en los siete días siguientes para que tome una decisión al respecto”. Este periodo excepcional se puede prolongar por otros tres meses más con la aprobación de las tres cuartas partes de los parlamentarios.