BUDAPEST. El inicio de la construcción de esta valla fue anunciada hace pocos días por el Gobierno del primer ministro conservador Viktor Orbán y el costo de la misma alcanzará los 123 millones de euros.

Hungría levantó en septiembre de 2015 una valla en su frontera meridional con Serbia y Croacia, cuando miles de refugiados entraban en el país de camino hacia los países más ricos de la Unión Europea, como Alemania o Suecia.

Esta segunda valla, planificada en principio solo con la frontera serbia, estará equiparada con cámaras de vigilancia y termográficas y dispone cada 15 centímetros de unos sensores táctiles que activan una alarma.

El coste de esta segunda valla incluye la ampliación de los centros de internamiento donde el Gobierno húngaro planea recluir a quienes entren en el país durante todo el tiempo que dure la tramitación de sus solicitudes de asilo.

El Parlamento húngaro está debatiendo ya una enmienda legal propuesta por el Ejecutivo para poder encerrar a los refugiados mientras esperan una respuesta a su petición de asilo.