Roma - El expresidente del Gobierno italiano Matteo Renzi dimitió ayer como secretario general del Partido Demócrata (PD) y se dio inició así a un Congreso para elegir al nuevo líder, pero con la incertidumbre sobre cómo reaccionará el grupo que había amenazado con la escisión. El presidente del PD, Matteo Orfini, aplicó los estatutos del partido y al termino de las más de seis horas de asamblea anunció que quedaba “formalmente convocado el congreso”, que comenzará mañana con el nombramiento de una comisión de garantía para seguir los trabajos que durarán hasta cuatro meses.
En ese tiempo se preparará el camino para realizar, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, unas primarias en las que se elegirá al nuevo secretario del PD.
Renzi justificó su decisión de abandonar la secretaria general después de la situación que se creó tras la derrota en el referéndum constitucional sobre la reforma del Senado y que forzó su dimisión como presidente del Gobierno. A esta reunión se llegaba después de las amenazas de una minoría del PD de abandonar el partido y que pedía un congreso, pero no de inmediato, sino en septiembre u octubre, para poder tener más tiempo de preparar un proyecto común.
A ellos dedicó Renzi algunas partes de su discurso cuando dijo que el término “escisión” es algo que duele, y que es “de las más feas que se pueden oír en el vocabulario político junto a la palabra chantaje”.
“Un gran partido no puede detenerse con las amenazas de una minoría”, agregó, asegurando que la imagen de un partido dividido ha sido solo “un regalo a Beppe”, en referencia a Grillo, líder del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y defendió su decisión ya tomada la semana pasada durante otra asamblea. - Efe