Washington - Donald Trump ha elegido a Rick Perry para ser secretario de Energía y llevar a cabo la “revolución energética” que ha prometido el presidente electo para explotar al máximo los recursos naturales que tiene Estados Unidos. Ese programa se asienta en principios que están en contra de las salvaguardas medioambientales que ha defendido el Gobierno de Barack Obama, receloso del uso de recursos como la explotación de la industria del carbón, que ahora quiere impulsar Trump.
Perry, de 64 años, que durante 15 años fue el gobernador de Texas, el mayor productor de hidrocarburos del país, fue confirmado por Trump el miércoles en un comunicado oficial, una designación que ya habían anticipado los medios de comunicación en las últimas horas. Como recordó Trump en ese comunicado, el Gobierno que encabezará a partir del 20 de enero garantizará que el país utiliza los “enormes recursos naturales” que tiene el país para impulsar su independencia energética. Poco amigo de políticas para la protección del medio ambiente, Trump se ha fijado como una de sus metas convertir a Estados Unidos en una nación independiente en materia energética para que no dependa de las compras de petróleo externas.
De acuerdo con los últimos datos del Departamento de Energía, Estados Unidos tiene una producción de 8,70 millones de barriles diarios de petróleo y unas importaciones netas de crudo de 7,48 millones de barriles. Cerca del 48 % de esas importaciones proceden de Canadá y el resto de distintos países, encabezados, por orden de importancia, por Arabia Saudí, Venezuela y México.
Más ‘fracking’, menos importación Los montos de crudo que se importan ahora se han reducido en los últimos años según ha ido explotando Estados Unidos yacimientos no tradicionales por extracción hidráulica o fracking, muy criticada por grupos medioambientales. Hace cinco años por estas fechas, Estados Unidos tenía una importación neta de 8,81 millones de barriles diarios, y hace diez años ese monto llegaba a los 10,02 millones de barriles, el 25% más que los niveles actuales.
Perry, que en un debate de 2011 sugirió eliminar la cartera de Energía, se pondrá ahora al frente de ese departamento, a las órdenes de Trump, para liderar los esfuerzos oficiales con el fin de desarrollar un sector que busca fomentar la creación de empleo. Como gobernador de Texas, afirmó Trump, Perry “creó un clima de negocios que produjo millones de nuevos empleos y precios energéticos más bajos en ese estado, y traerá el mismo enfoque a nuestro país como secretario de Energía”.
Estados Unidos “se asienta en un tesoro con energía sin explotar”, sostiene el programa de Trump, un político que en numerosas ocasiones se ha quejado de las regulaciones que afectan a los distintos sectores de la economía. - Efe