Viena - Una polarizada Austria trataba de explicarse ayer la victoria -más clara de lo esperado- del progresista Alexander Van der Bellen ante el ultraderechista Norbert Hofer, en unas elecciones presidenciales que han aliviado a las capitales europeas. Van der Bellen, quien insistió en que los comicios eran decisivos para el futuro del país en la Unión Europea (UE), venció con alrededor del 53,3% de los votos, frente al 46,7% de Hofer, del ultraderechista Partido Liberal (FPÖ). El instituto demoscópico SORA explicó ayer en una encuesta que uno de los motivos más citado por los votantes de Van der Bellen para respaldarlo era su posición proeuropea, que contrastaba con la visión euroescéptica de Hofer.
El histórico exlíder de Los Verdes logró movilizar sus apoyos mientras que numerosos votantes de Hofer, sobre todo en el entorno rural, se abstuvieron, en una votación con una participación que se calcula que ha sido de alrededor del 74%, dos puntos más que en mayo. Van der Bellen venció entonces por unos 31.000 votos, pero los comicios tuvieron que ser repetidos por irregularidades formales, mientras que ahora la ventaja ha sido de unas 300.000 papeletas.
El Ministerio del Interior aún debe ofrecer los datos finales de las elecciones tras el recuento del voto por correo y, hasta entonces, Van der Bellen ha asegurado que no hará más declaraciones.
Aunque el candidato derechista no se mostró abiertamente partidario de abandonar la UE, sí dijo que favorecería un referendo si se daba más poder a Bruselas tras el Brexit, la salida del Reino Unido del club comunitario. “Aunque los austríacos son gente crítica con la integración europea, si la cuestión es salir o quedarse dentro de la Unión, la respuesta es siempre ‘no’ a irse”, explica Paul Schmidt, del laboratorio de ideas Asociación Austríaca por la Política Europea.
Este analista señala que numerosas encuestas muestran un apoyo constante a la UE de entre el 66 y 70% y a parte del electorado del político progresista lo movilizó la ambigüedad de Hofer sobre la pertenencia al bloque. “Queremos cambiar el diseño de la UE, pero desde dentro. Para un país pequeño, con una economía muy abierta en el centro de Europa, salir de la UE está fuera de toda cuestión”, agregó el experto. - Efe