LÁNCARA - El pequeño municipio de Láncara, la pequeña Cuba, enclavado en la montaña de Lugo, honró ayer, en un clima de respeto y alejado de ideologías, al que ven como su vecino más “ilustre”, Fidel Castro, que visitó la tierra de su progenitor en 1992.

El homenaje fue modesto, pero emotivo, sobre todo la parte que fue reservada para Manuela Argiz, prima lejana del fallecido, que, con 103 años, quiso abandonar ayer el geriátrico en el que reside para sostener una palma de rosas blancas en recuerdo de su pariente.

No es la única familiar en la zona, puesto que Castro tiene una prima carnal, Victoria, que siempre ha recaudado de él y de Raúl desde fotos a recortes de prensa, pero, igualmente anciana, padece una enfermedad que ha acabado afectando a su memoria, y a consecuencia de ello recibe cuidados también en una residencia.

El alcalde de Láncara, el socialista Darío Piñeiro, destacó ante la casa natal de Ángel, el padre de Fidel y de Raúl, un campesino que abandonó el pueblo con 17 años, que Fidel siempre mostró un enorme amor por Galicia y que se le veía como “un gallego más” que logró que el nombre de Láncara se conociese internacionalmente.

“Fidel se ha marchado, pero en nuestro corazón siempre quedará su recuerdo y el cariño que nos ha demostrado”, expresó junto a un libro de firmas, ante el cual, un exregidor de esta localidad, Eladio Capón (PP), que tenía una relación mucho más estrecha, como reconoció el propio Darío Piñeiro, espetó un: “Hasta siempre, comandante”. - Efe