La Habana - El Gobierno de Colombia y las FARC concluyeron casi cuatro años de negociaciones y anunciaron ayer en La Habana el contenido del acuerdo de paz con el que se pretende poner fin a cinco décadas de conflicto armado en el país sudamericano. El anuncio de ayer supone el cierre de las conversaciones en la capital cubana, sede del proceso desde noviembre de 2012, aunque la firma de la paz será en un acto protocolario para el que todavía no hay fecha, probablemente en Colombia. Los equipos negociadores de las dos partes lograron el pasado 23 de junio un histórico acuerdo sobre cese el fuego bilateral y definitivo y dejación de las armas, aunque éste no entrará en vigor hasta la firma definitiva de la paz.
A partir de ese momento, las FARC tendrán un plazo de 180 días para entregar las armas, una desmovilización que se llevará a cabo con la guerrilla concentrada en unos campamentos ya pactados bajo la supervisión de la ONU. Desde ese anuncio las partes han trabajado intensamente en La Habana para cerrar los flecos sueltos de los acuerdos parciales logrados desde la apertura del proceso el 19 de noviembre de 2012.
El primero de los acuerdos, alcanzado el 26 de mayo de 2013, fue sobre reparto de tierras y desarrollo rural; el 6 de noviembre de 2013 lograron el de participación política y el 16 de mayo de 2014 llegaron a un pacto sobre cultivos ilícitos y lucha contra el narcotráfico, problema que agravó en las últimas décadas el conflicto armado colombiano. El 23 de septiembre vio la luz un importante acuerdo marco para la creación de una jurisdicción especial para la paz, en la que se juzgará a los responsables de crímenes de guerra y lesa humanidad, lo que abrió la puerta al pacto sobre reparación de las víctimas, que se selló el 15 de diciembre de 2015.
El acuerdo que se dio a conocer ayer tarde pasará al Congreso de Colombia, que se ocupará de poner en vigor las leyes para la implementación de lo pactado, así como de convocar un plebiscito para que los colombianos tengan la última palabra.
En paralelo, la guerrilla convocará una conferencia interna para que sus filas den el visto bueno a lo pactado por los equipos negociadores del Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en casi cuatro años de diálogos de paz.
La Unión Europea (UE), a través del presidente de su Parlamento, Martin Schulz, reiteró ayer su apoyo al proceso de paz en Colombia y ofreció su respaldo con una misión de observadores al plebiscito en que los colombianos deberán ratificar los acuerdos en el Gobierno y las FARC para poner fin al conflicto.
Schulz realizó este miércoles una visita oficial a Colombia en la que se reunió con el jefe de Estado, Juan Manuel Santos, así como con los presidentes del Senado, Mauricio Lizcano, y de la Cámara de Representantes, Miguel Ángel Pinto. Durante su visita al Senado dio un discurso en el que aseguró que la UE espera “que el tratado de paz sea firmado pronto” y reiteró el apoyo económico que Europa dará a Colombia para el período de posconflicto que comenzará una vez se firmen los acuerdos de paz.
“También hemos recibido con gran satisfacción la creación de un fondo europeo para financiar acciones (en el) posconflicto para consolidar una paz duradera con más de 70 millones de euros (unos 79 millones de dólares) del presupuesto de la Unión”, señaló Schulz.
de la calle y ‘márquez’ Humberto de la Calle Lombana, el jefe negociador del Gobierno colombiano en los diálogos de paz con las FARC, es un jurista apegado a la ley y las instituciones al que algunos ven como potencial candidato presidencial en 2018. Nacido el 14 de julio de 1946 en Manzanares, municipio del departamento cafetero de Caldas, en el centro del país, De la Calle ha encabezado durante 44 meses a la delegación oficial en La Habana y respondido en Colombia las críticas al proceso de paz que se espera que se firme en los próximos días o semanas.
Luciano Marín Arango, jefe del equipo negociador de las FARC en los diálogos de paz, empezó ganándose la vida como profesor de primaria y después de más de 30 años en las filas guerrilleras, ya con el alias de Iván Márquez, terminó convertido en uno de los artífices del acuerdo de fin del conflicto.Considerado un radical en las filas de esa guerrilla, escaló hasta convertirse en el número dos de las FARC y fue su portavoz en los diálogos de La Habana, que suavizaron en algo el discurso de este guerrillero de barba cerrada. - Efe