Roma - La Cámara de los Diputados de Italia aprobó ayer la reforma constitucional impulsada por el primer ministro, Matteo Renzi, que contempla, entre otros elementos, limitar los poderes del Senado y acabar con el bicameralismo perfecto.

Tras dos años de trabajos, la iniciativa de Renzi busca reformar la Constitución de 1946, elaborada tras el fin de la Segunda Guerra Mundial -cuando Italia pasó de monarquía a república- y que otorga los mismos poderes a la Cámara de Diputados y al Senado. “Es una jornada histórica para Italia, la política demuestra que puede ser creíble y seria. Ahora nosotros pediremos el referéndum”, declaró Renzi.

La reforma constitucional fue aprobada con 361 votos favorables y 7 contrarios. Ahora, Italia abre la vía a la celebración de un referéndum que tendrá lugar previsiblemente en octubre y que será fundamental para dar el apoyo final a la ley.

La reforma no fue secundada por los principales partidos de la oposición, como el Movimiento Cinco Estrellas o Forza Italia, que decidieron abandonar la Cámara antes de la votación.

posible renuncia Tras dos años de debates, la reforma constitucional, una de las medidas clave del Ejecutivo italiano, está ya en su fase final: el referéndum en el que Renzi se juega su credibilidad, tal y como afirmó recientemente. Según Renzi, que había anunciado su renuncia en caso de que no pasara la reforma, con ésta se dará mayor estabilidad política y gobernabilidad a un país que desde 1946 ha tenido más de 60 Ejecutivos. “Me lo juego todo, si pierdo el referéndum, me voy a casa”, dijo.

La actual Constitución italiana concede a la Cámara de los Diputados y al Senado los mismos poderes legislativos, una medida que surgió para evitar concentrar el poder en una sola cámara pero que, con los años, se ha acabado convirtiendo en un obstáculo insalvable.

Y es que el sistema constitucional de Italia ha causado en muchas ocasiones largos debates y un significativo inmovilismo legislativo, con leyes paralizadas durante años debido a que su aprobación debía darse en ambas cámaras.

Por su trascendencia, esta reforma ha recorrido una larga y discutida tramitación parlamentaria y, de ser aprobada definitivamente, convertirá al Senado en una cámara de representación regional sin capacidad para legislar. También contempla que la Cámara de Diputados, que seguirá compuesta por 630 miembros, será la única que votará a favor o en contra de la censura a un gobierno, además de que quitará poderes a los gobiernos regionales para pasarlos al Estado y desaparecerá a las provincias. El número de senadores pasará de los 315 actuales a 100, entre consejeros regionales y alcaldes, y no serán designados en elecciones generales sino durante las regionales.

Tampoco percibirán sueldo por su rango de senadores, pero mantendrán la inmunidad parlamentaria. La nueva Cámara tendría menos competencias y debería ratificar sólo reformas de la Constitución, referéndum populares, y tratados internacionales, entre otras pocas cosas más.

La aprobación de la reforma en la Cámara de los Diputados fue aplaudida por miembros del Gobierno de Renzi, como la ministra para las Reformas, Maria Elena Boschi. “Después de dos años de trabajo, ¡el Parlamento ha aprobado la reforma constitucional! Gracias a aquellos que creyeron en #lavoltabuona (esta es la buena)”, escribió en su perfil de la red social de Twitter.

Sin embargo, el líder de la bancada de la Liga del Norte en la cámara baja, Massimiliano Fedriga, manifestó: “No seremos cómplices de Renzi y de su gobierno que usa este texto, que además es inconstitucional, como pasarela política”.

“conjura de palacio” Renato Brunetta, líder de los diputados de Forza Italia, acusó a Renzi de estar al frente de una “conjura de palacio” para destruir la democracia parlamentaria. Mientras que el Movimiento 5 Estrellas tampoco votó, pero abandonó el aula en señal de luto por la muerte de su fundador, Gianroberto Casaleggio. - Efe/E.P.