Londres - La cuenta atrás para conocer mañana sábado el nuevo líder del Partido Laborista británico empezó ayer con el cierre del plazo para emitir las votaciones, con el veterano diputado izquierdista Jeremy Corbyn como favorito. A las 11.00 GMT terminó el periodo en que los militantes y simpatizantes de la formación, primera de la oposición en el Reino Unido, podían enviar su papeleta o votar por internet, mientras que el resultado se conocerá este sábado a las 10.30 GMT en un congreso especial en Londres.

Todo apunta a que Corbyn, que se presentó para “generar debate” y solo reunió las 35 nominaciones necesarias de colegas a dos minutos del cierre del plazo el 15 de junio, será el ganador de estas primarias, a las que concurren otros tres candidatos. Además del diputado por el distrito londinense de Islington North, de 66 años y representante de la izquierda tradicional del partido, el resto de aspirantes son los más centristas Andy Burnham, de 45; Yvette Cooper, de 46, y Liz Kendall, de 44. Tanto las casas de apuestas como las últimas encuestas consideran a Corbyn el favorito, con hasta un 60% del voto de los militantes frente a su más inmediato seguidor, Andy Burnham.

A pesar de la campaña en su contra, tanto en la prensa como de correligionarios que amenazan con un cisma interno si se convierte en líder, el veterano político aseguró ayer que no está “preocupado en absoluto”. En declaraciones al canal ITV, señaló que el grupo parlamentario, muchos de cuyos miembros se han desmarcado de sus políticas por considerarlas “regresivas”, tendrá que apoyarlo y subrayó que “los diputados son importantes pero no son todo el Partido Laborista”.

“Tengo ganas. Afrontamos una gran tarea para denunciar el programa de austeridad del Gobierno y lo que está haciendo a los más pobres y vulnerables de nuestra sociedad, con su legislación contra las ayudas sociales y los derechos sindicales”, declaró.

Su rival Liz Kendall, la más a la derecha de los cuatro candidatos y con menos opciones en las urnas, afirmó por su parte que, si Corbyn gana, el resto de la formación “debe aceptar el resultado”, aunque alertó de que éste afronta “un gran reto para unir al partido”.

Tras más de tres décadas en la Cámara de los Comunes, Corbyn, asiduo a protestas y manifestaciones, ha sido la gran revelación de esta campaña y ha abarrotado mítines con su claro mensaje contra la austeridad y a favor de la renacionalización de ciertos servicios públicos, como la energía y el ferrocarril.

A lo largo de la campaña, varios pesos pesados laboristas, como el ex primer ministro Tony Blair -y, en general, los partidarios de su Nuevo Laborismo-, han alertado de que elegirle como líder podría perjudicar a la formación en las urnas e incluso provocar una implosión.

El Partido Laborista elige un nuevo líder para afrontar su futuro tras la derrota en las elecciones generales del pasado 7 de mayo, en las que se impuso por mayoría absoluta el Partido Conservador de David Cameron que provocó la inmediata dimisión del entonces líder laborista, Ed Miliband.