Copenhague - La Justicia danesa decretó ayer prisión preventiva de diez días para dos sospechosos de ayudar al presunto autor de los atentados del fin de semana pasado en Copenhague. Los jóvenes, de 19 y 21 años, han sido imputados por colaboración en asesinato, intento de asesinato y violencia grave y por posesión ilegal de armas, aunque la Fiscalía no ha presentado cargos por terrorismo al considerar que aún no hay pruebas suficientes.
La Policía cree que estos proporcionaron el arma para el primer atentado y ocultaron durante un tiempo al tirador mientras era buscado por decenas de agentes, que lo abatieron la madrugada del domingo en el barrio de Nørrebro, en el norte de la capital. Las autoridades han revelado nuevos datos sobre el joven de 22 años nacido en Dinamarca y con vínculos con bandas callejeras. Así, se ha sabido que entre las 21 y las 21.25 horas del sábado en un cibercafé en ese barrio, donde el domingo hubo un registro. Varias personas fueron arrestadas en su interior, aunque todos los detenidos en distintas operaciones han sido liberados, salvo los dos que han pasado a prisión preventiva.
La Policía se ha negado en cambio a confirmar si el supuesto tirador se llama Omar Abdel Hamid El Hussein u otros detalles de su vida privada y su pasado criminal revelados por los medios daneses, aunque ha difundido nuevas fotos suyas y ha pedido ayuda para saber más de sus movimientos antes, durante y después del doble ataque. El Hussein, de origen palestino y que compitió de forma profesional en lucha tailandesa, había mostrado en la cárcel, de donde salió hace dos semanas tras cumplir parte de una condena por agresión grave, inclinación hacia ideas extremistas. Ese hecho llevó a las autoridades penitenciarias a avisar a los servicios de inteligencia daneses, admitió ayer un alto cargo.
Las autoridades sostienen la hipótesis de que actuó solo y de que no formaba parte de ninguna organización, una teoría reiterada por la primera ministra, Helle Thorning-Schmidt. Ante las críticas por una posible falta de seguridad, la primera ministra destacó que esta había sido reforzada después de los atentados en Francia y, en especial, tras el primer tiroteo del sábado en Copenhague. - A. Lamela