Nueva York - Una tormenta de nieve paralizó la madrugda de ayer la ciudad de Nueva York, sin embargo, “no fue tan grande como se preveía”, indicó el alcalde Bill de Blasio, quien la mañana de ayer confirmaba que “lo peor ya ha pasado”. En rueda de prensa, el alcalde de la ciudad más poblada de Estados Unidos señaló que la tormenta, que comenzó a azotar con fuerza a Nueva York cerca de la medianoche del lunes, se desplazó hacia el este y la ciudad no se vio tan afectada como se pensaba.

“Nos hemos librado de lo peor”, apuntó De Blasio. También confirmó que los sistemas de transporte público estaban volviendo progresivamente a la normalidad y anunció que las clases, que estaban suspendidas, se reanudarán hoy. La zona de los alrededores de Nueva York más castigada es Long Island, en la costa del Atlántico, que tuvo una nevada que superó el medio metro, lo que se pensaba iba a caer en la ciudad. De hecho, el condado de Suffolk, en Long Island, es el único en el que se mantienen las restricciones del tráfico de vehículos impuestas el día anterior y levantadas para el resto de la zona desde la mañana de ayer.

La tormenta “no fue tan grande como se preveía, pero se movió hacia el este”, señaló el alcalde, quien precisó que en la mayoría de la ciudad la nieve caída llegó a unos 25 centímetros. Insistió en que las medidas adoptadas tenían en cuenta los pronósticos iniciales y “la gente entendió lo grave que era”, porque, al prohibirse el tráfico durante la noche, los equipos quitanieves pudieron hacer mejor su trabajo. También confirmó que el metro de Nueva York, el sistema de transporte que realmente mueve a la ciudad porque lo utilizan diariamente seis millones de personas, estaba funcionando al mediodía al 60% de su capacidad. “Tuvimos suerte, las cosas terminaron mejor, y la gente respondió”, afirmó De Blasio.

Una ciudad en alerta Desde las 23.00 hora local del lunes quedó interrumpido el tráfico normal en las calles de la ciudad, por disposición del alcalde y solo se permitía la circulación de vehículos de emergencia. También quedó suspendido desde esa misma hora el metro de Nueva York, así como otros sistemas de transporte público, lo que impidió a los neoyorquinos desplazarse por la ciudad de otra forma que no fuera a pie. “Ésta será muy probablemente una de las tormentas de nieve mayores en la ciudad de Nueva York”, había advertido el alcalde De Blasio.

Las medidas fueron tan drásticas que afectaron hasta a las bicicletas de transporte de comida a domicilio, muy populares en la ciudad y, como tuvo que recordar el lunes De Blasio a preguntas de los periodistas, “no son vehículos de emergencia” y, por lo tanto, tampoco pueden circular. En total, la tormenta de nieve, que comenzó a generarse a lo largo del lunes y ganó intensidad poco antes de la medianoche, afectó a localidades que reúnen unos 29 millones de habitantes, incluida Nueva York, la más poblada del país.

En siete estados de la zona, desde Nueva Jersey hasta Maine, en la frontera con Canadá, se delcararon estados de emergencia totales o regionales. En Boston, según disposición de las autoridades, también regía una prohibición para circular por las calles en vehículo desde la noche del lunes, al igual que en todo el estado de Connecticut y en varios condados del estado de Nueva York.

La fuerza principal de la tormenta de nieve comenzó a sentirse a última hora de la noche y se prolongó hasta las 10.00 horas de ayer. Ya desde el lunes comenzaron a cancelarse los vuelos de toda la región, incluyendo los del aeropuerto más importante de la zona, el JFK de Nueva York, y el de Newark, en el estado vecino de Nueva Jersey. - Efe