budapest - Ni sufrir el IVA más elevado de la UE ni el coqueteo con la extrema derecha han logrado movilizar a los húngaros contra su Gobierno. Ha sido un impuesto sobre Internet el que ha provocado sus protestas.
“Frente a los problemas relacionados con la democracia, algo abstracto para muchos, en este caso la gente entiende bien de qué se trata, ya que les afecta directamente, aunque no sea el impuesto más elevado”, explica el director del centro de análisis Instituto Republikon.
Ese abrir de ojos ha llegado en forma de un proyecto de ley del Gobierno conservador para gravar con 50 céntimos de euro cada gigabyte de datos usado en internet, hasta un máximo de 2,2 euros. Una cantidad moderada en comparación con otras tasas.
El pasado domingo decenas de miles de personas protestaron en las grandes ciudades contra una medida que ha sido rechazada tanto por la oposición como por las asociaciones de usuarios y las empresas.
El martes, coincidiendo con el comienzo del debate parlamentario de la ley, unas 20.000 personas se echaron a la calle en Budapest para mostrar su rechazo. - Efe