BANGKOK. "En el interés de la ley y el orden, asumimos los poderes. Por favor, permanezcan en calma y continúen con sus quehaceres diarios", dijo el jefe del Ejército tailandés, Prayuth Chan-Ocha, en un anuncio televisado poco antes de las 17.00 horas (10.00 GMT).

El máximo responsable militar del país indicó que la orden busca impedir más muertes y una escalada del conflicto entre detractores y simpatizantes del Gobierno.

Rodeados por otros responsables militares con gesto adusto, Prayuth anunció la asonada después de que en la segunda reunión entre representantes del Gobierno, la oposición y líderes de los manifestantes en el Club del Ejército no se alcanzase acuerdo alguno.

Prayuth canceló la reunión después de dos horas negociando sin resultados y los soldados se llevaron a todos los asistentes a las dependencias del Primer Regimiento de Infantería, excepto a los participantes miembros del Senado y la Comisión Electoral.

El Ejército se otorgó el papel de mediador tras declarar el martes la ley marcial en todo el país para prevenir un estallido de violencia tras ocho meses de protestas antigubernamentales que han causado 28 muertos y centenares de heridos.

Los manifestantes antigubernamentales exigen una reforma del sistema político, que consideran corrupto, y proponen la creación de un consejo no electo para que lleve a cabo los cambios antes de celebrar nuevas elecciones.

Tailandia arrastra una grave crisis desde el golpe de Estado que derrocó de 2006 al ex primer ministro Thaksin Shinawatra y a quien sus detractores acusan de dirigir el Gobierno desde el exilio.

Los "camisas rojas", seguidores de Thaksin, amenazaron con elevar sus protestas en Bangkok si el Ejército tomaba el poder y caía el Gobierno interino.

Con esta, los militares han urdido 19 asonadas, 12 de ellas con éxito, desde que acabó la monarquía absolutista en 1932