Bruselas - La Alianza Atlántica no ha esperado hasta conocer el desenlace de la reunión que mantendrán desde primera hora de esta mañana en Ginebra los jefes de la diplomacia de Estados Unidos, Unión Europea, Ucrania y Rusia. Los 28 embajadores permanentes de la OTAN, según anunció ayer el secretario general de este organismo, han acordado reforzar con carácter "inmediato" su presencia militar "por tierra, mar y aire" en los países del bálticos y el este de Europa en el que es un claro intento por tranquilizar a unos países aliados que miran cada vez con mayor temor la intervención de Rusia en Ucrania.

La decisión se resume en una idea. La OTAN desplegará más aviones, más barcos y más personal militar sobre el terreno con el objetivo de reforzar la defensa colectiva en esa parte de Europa y demostrar la fuerza de la solidaridad aliada. Anders Fogh Rasmussen no quiso entrar ayer en los detalles operativos de la misión pero sí avanzó que el refuerzo será efectivo "en cuestión de días" y que "los aviones de vigilancia aérea realizarán más salidas sobre la región báltica; los barcos aliados se desplegarán en el mar Báltico, el Mediterráneo oriental y en otros lugares, en función de lo necesario" mientras que "el personal militar de los países aliados se desplegará para mejorar nuestra preparación, entrenamiento y ejercicios", explicó tras la reunión del consejo atlántico que acordó además reforzar y revisar los planes de defensa de los países de la región.

Rasmussen, que el 1 de octubre será sustituido por el noruego Jens Stoltenberg, no aclaró si se han planteado ampliar el número de bases de la OTAN en los países del Báltico aunque recordó que las medidas adoptadas ayer tendrán un seguimiento y que el objetivo central de la OTAN es proteger a los países aliados. Además, de la reunión también salió un mensaje directo a Vladimir Putin y a su gobierno. "Hago un llamamiento a Rusia para que sea parte de la solución, deje de desestabilizar Ucrania, retire sus tropas de la frontera y no apoye la violencia de las milicias prorrusas", insistió en una reivindicación que lleva semanas repitiendo. Una petición que Rasmussen hacía pública a escasas horas de esa importante reunión a cuatro bandas que celebran hoy en Ginebra los responsables de exteriores de los cuatro países.

Un desenlace al que no ha querido esperar tampoco la Eurocámara. Una resolución pactada entre todos los grandes grupos políticos, salvo la izquierda europea, que se vota este mediodía en Estrasburgo y que condena de nuevo la creciente desestabilización que se vive al este y sur de Ucrania.