kiev - El Gobierno ucraniano salido del Maidán -al que Crimea no reconoce-, arropado con el firme respaldo de los países que le ayudaron a acceder al poder dijo ayer, ante la intervención militar rusa, que nunca entregará Crimea, donde las tropas rusas se hacen con el control, mientras en las regiones prorrusas del país se suceden los asaltos a sedes oficiales y parlamentos donde, como en Odesa se prevé debatir la posibilidad de convocar también un referéndum de autodeterminación. En esa región, un grupo de manifestantes prorrusos tomó ayer la sede del Parlamento regional. Algo similar de lo que sucedía en Donetsk.
"Crimea no se entregará a nadie", destacó el primer ministro de Ucrania, el exopositor Arseni Yatseniuk, quien subrayó que no hay motivos para la invasión de esa región con mayoría de población rusa étnica. "No ha habido, no hay, ni habrá motivos para el uso de la fuerza contra los ucranianos ni para el despliegue de un contingente militar ruso", afirmó Yatseniuk, que asumió la jefatura del Gobierno la semana pasada, tras ser depuesto el presidente Viktor Yanukovich.
Mientras la Rada Suprema (Parlamento) acordaba formar un grupo encargado de negociar con Moscú un arreglo pacífico. Las noticias procedentes de Crimea hablaban de un avance de las tropas rusas que desde el fin de semana tenían rodeadas las unidades militares ucranianas.
La guardia fronteriza ucraniana en Crimea aseguró que la presión de los militares rusos para que sus efectivos se pasen al Gobierno prorruso local se intensificó en las últimas horas. Tropas rusas bloquean la sede de la Dirección regional de guardafronteras de los mares Negro y Azov, los destacamentos de Simferopol y Kerch y los puestos de la guardia marítima de Kerch y Sebastopol, según las autoridades ucranianas.
No obstante, las autoridades de Crimea han asegurado que más de 5.000 soldados ucranianos de la península, han jurado lealtad a las autoridades crimeas. Aseguran que sólo un cuartel todavía permanece en conversaciones con el Gobierno autónomo.
Kiev, por su parte, reconoce que también ha perdido el control del puerto de Kerch, conexión marítima entre Crimea y Rusia a través del estrecho de Kerch.
El Gobierno prorruso de Crimea -al que Kiev no reconoce, pues fue designado la semana pasada en una sesión a puerta cerrada del Parlamento local y con un comando de hombres armados en su interior- intensificó también la guerra de propaganda y, con el objeto de bajar la moral ucraniana, anunció que unos 6.000 militares ya se han pasado al bando prorruso.
Por su parte, el Gobierno de Crimea no reconoce al de Kiev porque surgió de un golpe de Estado, tras unos disturbios con más de 100 muertos, deponiendo al presidente en una flagrante violación de la constitución y después de romper el acuerdo firmado horas antes con representantes de la UE y EE.UU. como testigos.
Uno de los lugares que desertaron ayer es la 204 base aérea táctica de las Fuerzas Aéreas de Ucrania, equipada con 45 cazas y 4 aviones de instrucción, en Balbek, a las afueras de Sebastopol.
Tropas rusas, que han tomado prácticamente el control de toda la península de Crimea, rodean los dos únicos puestos de la Guardia de Fronteras ucraniana que siguen en manos de efectivos leales al Gobierno de Kiev, entre ellos el aeropuerto de Simferopol, capital de la autonomía rebelde. Pero controlan el resto de los puestos limítrofes de Crimea y la sede del Servicio Estatal de Guardafronteras (SEG) de Ucrania en esta región.
En Kiev, el ministro de Asuntos Exteriores británico, William Hague, advirtió a Moscú de que "habrá otras consecuencias y otro precio para Rusia", además de las presiones económicas y diplomáticas actuales, si no repliega sus tropas en Crimea. "El mundo no puede quedarse impasible ante la situación en Crimea y decir que todo está bien. El líder ruso (Vladimir Putin) debe ser consciente de lo que está pasando", dijo, tras reunirse en Kiev con el presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchinov.
A Hague le seguirá hoy en Kiev el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, y esta semana viajará igualmente a la capital ucraniana la alta representante de la UE de Política Exterior, Catherine Ashton.
Mientras, en las regiones del este y del sur de Ucrania, donde la mayoría de la población es rusohablante, se intensifican los asaltos a edificios oficiales por parte de manifestantes prorrusos, a imagen y semejanza de las protestas europeístas que se desarrollaron durante tres meses en Kiev y que culminaron con la caída de Yanukovich.
Grupos de asaltantes irrumpieron en la sede de la Delegación del Gobierno central de Ucrania en Donetsk y en el Parlamento regional de Odessa, en el este y el sur del país. En Donetsk, patria chica del depuesto presidente Yanukovich, un centenar de manifestantes tomó el patio interior de la Delegación, mientras la policía evacuaba a los periodistas por la puerta de atrás. La policía hizo un pasillo a los activistas prorrusos para permitir que accedieran de forma ordenada al edificio, según medios locales.
En Odessa, los asaltantes irrumpieron en la cámara cuando se estaba celebrando una sesión y exigieron a los diputados regionales que desobedezcan a las nuevas autoridades de Kiev.
advertencias de la ue Por su parte, los ministros de Exteriores de la UE advirtieron ayer a Rusia de posibles "consecuencias" para su relación bilateral si no da pasos para rebajar la tensión en Ucrania, y abrieron la puerta a que los Veintiocho adopten medidas concretas en la cumbre de urgencia convocada para el jueves. "En ausencia de pasos que eliminen tensión por parte de Rusia, la UE decidirá sobre las consecuencias para las relaciones bilaterales entre la Unión Europea y Rusia", afirmó la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, en una rueda de prensa al término del consejo de ministros extraordinario convocado para abordar el empeoramiento de la situación en Ucrania.
Ashton mencionó la posibilidad de suspender la negociación de la liberalización de visados a Rusia, así como el nuevo acuerdo marco de relaciones, y añadió que la Unión "considerará futuras medidas específicas".
En paralelo a la reunión de ministros, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, convocó una cumbre para este jueves a fin de tratar la situación en Ucrania al más alto nivel.