Dublín. El sacerdote católico Alec Reid, figura clave durante el pasado conflicto en Irlanda del Norte y en el actual proceso de paz en la provincia británica, falleció ayer en un hospital de Dublín a los 82 años. Con la paz encarrilada en el Ulster, Reid ofreció sus conocimientos en la resolución de conflictos en otras partes del mundo, como en el País Vasco, donde residió periódicamente desde 2002 y mantuvo relación con todos los partidos.

Reid, miembro de la orden Redentorista, desempeñó la mayoría de su ministerio en el monasterio Clonard del norte de Belfast, donde durante 40 años vivió de cerca el conflicto armado entre católicos y protestantes, que causó más de 3.500 muertos en tres décadas. Será recordado por una de las imágenes más icónicas del conflicto norirlandés, en la que da la extremaunción a dos soldados británicos asesinados durante un funeral de combatientes del IRA en Belfast en 1988. Nacido en el condado de Tipperary, en la República de Irlanda, el sacerdote fue clave para que, en plena escalada de la violencia a finales de los años 80, el Sinn Féin, brazo político del Ejército Republicano Irlandés (IRA), comenzara a diseñar una estrategia de paz.

Reid actuó como intermediario entre el presidente del Sinn Féin, Gerry Adams, y el líder del Partido Socialdemócrata y Laborista (SDLP, nacionalista moderado), John Hume, quienes en negociaciones secretas aspiraban a lograr una tregua del IRA y establecer conversaciones de paz con el Gobierno británico. Con su papel como mediador se ganó la confianza de los dirigentes del ya inactivo IRA y llegó a reunirse también con varios primeros ministros irlandeses.

Acuerdos de 1998 Con la firma el 10 de abril de 1998 del Acuerdo del Viernes Santo y el comienzo del proceso de paz en la región, Reid siguió muy vinculado a los esfuerzos de los republicanos por abandonar definitivamente la violencia y acogerse a la vía democrática. Cuando finalmente el IRA anunció en 2005 la destrucción de todos sus arsenales, el religioso, junto al reverendo protestante Harold Good, se convirtió en uno de los testigos de este proceso supervisado por la Comisión Internacional Independiente de Desarme.