Washington. El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, está evaluando una propuesta para aliviar los efectos de las sanciones contra Irán que contempla ofrecer al régimen de Teherán acceso a miles de millones de dólares en fondos congelados, según publicaba ayer el diario estadounidense The New York Times. La condición para acceder a esos fondos es que el Gobierno iraní tome "medidas específicas" para frenar su programa nuclear, de acuerdo con el diario, que cita bajo la condición de anonimato a un alto funcionario de la Administración estadounidense.
Bajo ese plan el Gobierno de Washington liberaría en cuotas activos de Irán congelados en el extranjero y evitaría los "riesgos políticos y diplomáticos" de la derogación de las sanciones.
También daría a Obama "flexibilidad" para responder a las ofertas iraníes que surjan de las actuales negociaciones con ese país sobre su programa nuclear, siempre según detalla el artículo publicado en The New York Times.
Debate en la casa blanca El plan en cuestión está siendo debatido en el seno de la Casa Blanca así como en el Departamento de Estado. En una acción paralela, funcionarios del Gobierno están instando al Senado a postergar la votación de un proyecto de ley para limitar aún más las exportaciones de petróleo de Irán hasta después de la próxima ronda de conversaciones entre el G5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia más Alemania) y Teherán, prevista para los días 7 y 8 del próximo mes de noviembre.
Las potencias del G5+1 mantuvieron esta semana en Ginebra conversaciones con Irán, cuyo ministro de Exteriores, Mohamed Yavad Zarif, presentó una nueva propuesta de su país para aliviar las inquietudes que suscita el desarrollo de su programa nuclear.
El Gobierno estadounidense valoró la "seriedad y sustancia" de la propuesta presentada por Irán y aseguró que cualquier respuesta que decida dar será "proporcional", y no implicará necesariamente un cambio en su política de sanciones.
Gran parte de la comunidad internacional, con Estados Unidos e Israel a la cabeza, acusa a Irán de ocultar bajo su programa nuclear civil otro de naturaleza clandestina y ambiciones bélicas cuyo objetivo sería hacerse con armas atómicas, una alegación que Teherán rechaza con rotundidad.