Buenos Aires. La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, será intervenida hoy para la "evacuación quirúrgica" del hematoma que le fue diagnosticado el pasado sábado. Fernández ingresó ayer mismo en una clínica de Buenos Aires para ser sometida a estudios cardiovasculares pre-quirúrgicos preparatorios para la operación. El equipo médico, que inicialmente había recomendado reposo a la mandataria, decidió intervenirla quirúrgicamente ante una sensación de hormigueo que la presidenta argentina notó el domingo en su brazo izquierdo.

Ante esta situación, el vicepresidente, Amado Boudou, asumió ayer ante notario el poder Ejecutivo del país mientras dure el reposo ordenado por los médicos a la presidenta. Boudou interrumpió el sábado una visita oficial a Brasil para regresar a Buenos Aires poco después de que la presidenta ingresara en la Fundación Favaloro, donde le diagnosticaron una "colección subdural crónica", un coágulo alojado en la cabeza, que la mantendrá en reposo durante un mes por consejo médico.

"Ella quiere que se mantenga la gestión y todo el equipo vamos a mantener la gestión. ¡Fuerza Cristina, fuerza Argentina, vamos todos juntos!", afirmó ayer Boudou en un acto en la casa de Gobierno, antes de que se formalizara el trámite notarial que le convierte en la máxima autoridad del Estado temporalmente. La asunción de Boudou había sido puesta en duda por medios locales y analistas en medio de duras críticas por la presunta vinculación del vicepresidente con escándalos de corrupción.

Además, en plena campaña para las elecciones legislativas del próximo 27 de octubre, el protagonismo de un dirigente con un fuerte deterioro en su imagen pública podría afectar negativamente al sector gubernamental, que afronta los comicios más difíciles en 10 años, coincidieron analistas. En enero de 2012, el vicepresidente argentino asumió ya de forma temporal la Presidencia cuando Fernández, que padece problemas de tensión que periódicamente la obligan a guardar reposo, se sometió a una operación en la que le extirparon la glándula tiroidea, lo que la mantuvo tres semanas apartada de su actividad habitual.