tokio. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, dijo ayer que su Gobierno desempeñará un papel protagonista en la crisis de Fukushima y que no dejará que sea la operadora de la central nuclear (Tepco) la que resuelva por sí sola el problema. Abe explicó que el Ejecutivo "tomará las riendas y pondrá en marcha todas las medidas necesarias" para hacer frente a los últimos vertidos al mar de agua radiactiva detectados este verano en la accidentada central. El primer ministro conservador explicó durante una reunión con sus socios de Gobierno, el Partido Nuevo Komeito, que ahora se trata de poner en marcha medidas contundentes y no de solucionar el problema de manera improvisada, según la cadena pública NHK.
En este sentido, el ministro portavoz, Yoshihide Suga, adelantó que hoy martes el Gobierno anunciará una serie de medidas de emergencia para hacer frente a la gran cantidad de agua radiactiva acumulada en la central de Fukushima, que quedó gravemente afectada por un tusmani en marzo de 2011. "El Gobierno se ha mantenido en segundo plano simplemente ofreciendo nuestro apoyo a Tepco para hacer frente al problema del agua contaminada. Ahora hemos decidido que su respuesta a base de parches ha llegado a su límite, y el Gobierno necesita responder con rapidez", apuntó.
Durante este verano Tepco admitió que la acumulación de agua contaminada en los sótanos de los edificios de los reactores causan vertidos de unas 300 toneladas diarias al Pacífico. Además, a este problema se sumó también el pasado agosto una fuga de agua altamente contaminada localizada en uno de los tanques donde se almacena el refrigerante usado.
sin control Este fin de semana, la operadora reveló que ha detectado altos niveles de radiación en tres tanques de almacenamiento de agua contaminada y una de las tuberías que lo conectan, lo que podría significar nuevas filtraciones y que la crisis continúa sin estar controlada.
El presidente de la Autoridad de Regulación Nuclear de Japón (NRA), Shunichi Tanaka, insistió ayer en que arrojar agua de la central con bajos índices de radiactivos al mar es una posibilidad que se baraja para solventar el problema de las fugas. "Sé que he desatado la polémica cuando lo he dicho anteriormente", explicó Tanaka en una concurrida rueda de prensa ofrecida ante corresponsales extranjeros de Tokio."Sin embargo, quiero dejar claro que no toleraré que se vierta agua al Pacífico con niveles por encima de lo que marca la ley". La ley nipona señala que para que una instalación nuclear pueda desechar un líquido radiactivo al mar éste debe contener menos de 90 becquereles por litro.